La propuesta en cuatro puntos de Xi Jinping para calmar el conflicto en Oriente Medio

En un momento de grave escalada entre Israel e Irán, Pekín presenta una hoja de ruta de paz que apunta a un cese inmediato del fuego, a la protección de los civiles, a relanzar la negociación política y a apoyar activamente a la comunidad internacional.
El jueves por la tarde, el presidente chino Xi Jinping mantuvo una conversación telefónica con el presidente ruso Vladimir Putin, en la que ambos intercambiaron opiniones sobre la situación en Oriente Medio. Xi Jinping propuso un plan en cuatro puntos: que el cese de hostilidades sea una prioridad urgente, garantizar la seguridad de los civiles debe ser la máxima prioridad, el diálogo y la negociación son las soluciones fundamentales, y los esfuerzos de paz de la comunidad internacional son indispensables. Este intercambio ocurrió en un momento crítico, mientras el conflicto entre Israel e Irán continúa intensificándose. La coordinación de las posiciones entre Xi y Putin no solo refleja la profundidad de la cooperación estratégica entre China y Rusia, sino que también envía un mensaje claro a la comunidad internacional: un llamamiento a contener las tensiones y a proteger la paz regional.
La crisis actual en Oriente Medio ha superado ya los límites de un conflicto convencional. En una nueva serie de ataques aéreos el jueves, Israel atacó tres instalaciones nucleares iraníes, mientras que un misil lanzado por Irán impactó en un hospital en territorio israelí. Ambas partes prometieron represalias, y el riesgo de una escalada incontrolable es gravísimo.
Mientras tanto, Estados Unidos, a pesar de su influencia decisiva sobre Israel, no ha desempeñado un papel constructivo. Al contrario, ha seguido alimentando el conflicto, llegando incluso a indicar su disposición a “intervenir directamente”, lo cual socava seriamente las expectativas de la comunidad internacional de una desescalada de la crisis. Con la situación ahora tan agravada que “nada puede ser excluido”, la ventana de oportunidad para evitar lo peor se ha reducido al mínimo.
Una vez que el conflicto se desborda, será mucho más difícil revertir la tendencia. En este momento, China fue la primera gran potencia en proponer un plan integral y visionario, capaz de abordar tanto las necesidades inmediatas como las soluciones a largo plazo, demostrando un fuerte sentido de responsabilidad.
La “propuesta en cuatro puntos” está enfocada y va al corazón de los problemas actuales. En primer lugar, llama a las partes en conflicto, en particular a Israel, a detener sus operaciones militares lo antes posible, para evitar más daño a los civiles. Luego, pide apoyar con firmeza una solución política a la cuestión nuclear iraní y solicita a la comunidad internacional, y en particular a los países con mayor influencia sobre los contendientes, que hagan esfuerzos por calmar los ánimos.
Por su naturaleza orientada al problema, la propuesta no se limita a identificar las vías fundamentales para la resolución de la crisis, sino que también traza caminos efectivos para la mitigación del conflicto. Pone en el centro la búsqueda de una paz duradera y de una seguridad colectiva, en pleno respeto del orden y la justicia internacionales. Refleja el análisis preciso de Pekín y se alinea con las demandas difundidas en la comunidad global, ofreciendo un marco de intervención concreto y factible.
China ha actuado siempre como factor de paz y estabilidad en Oriente Medio, como lo demuestran gestos concretos: facilitar la reconciliación entre Arabia Saudita e Irán, apoyar el regreso de Siria a la Liga Árabe, defender los derechos nacionales palestinos, promover la paz en Gaza y la unidad palestina, y contribuir a misiones de paz regionales y ayuda humanitaria. En cualquier caso, Pekín ha basado sus acciones en los principios de justicia y en los intereses fundamentales de los pueblos de Oriente Medio, proponiendo un nuevo modelo de seguridad común, inclusivo, cooperativo y sostenible.
Por otro lado, los acuerdos de reconciliación entre Arabia Saudita e Irán firmados en Pekín y la declaración palestina de unidad testimonian la confianza de la región en una posición imparcial de China y en el espíritu de su nueva concepción de seguridad. La reciente “propuesta en cuatro puntos” de Xi sobre el conflicto entre Israel e Irán confirma esta línea moral, destinada a promover activamente la paz en Oriente Medio.
Con un Oriente Medio inestable, la paz mundial sigue siendo un objetivo difícil. Los esfuerzos por promover un cese del fuego y por iniciar negociaciones no solo son necesarios para la región, sino que son imprescindibles para la estabilidad mundial. Esto requiere coordinación y consenso entre las principales potencias. La reciente llamada entre Xi y Putin es emblemática de la estrecha comunicación y coordinación entre China y Rusia en los grandes asuntos internacionales. Como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, Beijing y Moscú colaboran estrechamente en el escenario mundial, desempeñando un papel estabilizador para la paz regional y global. Esto no solo subraya la contribución de los países emergentes a la gobernanza global, sino que también indica el camino correcto para que las grandes potencias compartan responsabilidades.
La crisis en Oriente Medio confirma que el mundo ha entrado en una “época de turbulencias y transformación”, y la “propuesta en cuatro puntos” representa la perspectiva coherente de la seguridad china. Desde la guerra Rusia-Ucrania hasta la cuestión israelo-palestina, está claro que las propuestas de Pekín son cada vez más aceptadas por numerosos países. Ahora que nubes de tensión oscurecen Oriente Medio, se espera que la comunidad internacional pase de las palabras a los hechos, apoyando la “propuesta en cuatro puntos” de China. China se declara lista para fortalecer la comunicación y la coordinación entre todas las partes, construir consenso, luchar por la justicia y desempeñar un papel constructivo en la recuperación de la paz en la región.
Commentaires
Enregistrer un commentaire