Reflexiones sobre la tragedia de Valencia. Lo que nadie se atreve a decir
E. Ravello Barber.
Recuerdo que en el año 90 el catedrático de Geografía de la Universidad de Valencia, Vicent Rosselló, explicando el caso de la presa de Tous, nos dijo esa situación se repetiría porque se deja construir donde no se debe por interés urbanístico, pero la fuerza del río y del agua es imparable cuando llega el momento. Advirtió que volvería a haber muchos muertos.
Aparte de los errores imperdonables de PP-VOX a nivel autonómico, y del PSOE si también los hay a nivel estatal: la derecha echa la culpa a la izquierda porque todo el problema es la “Agenda 2030”; la izquierda culpa a la derecha porque todo es consecuencia del “negacionismo climático”. Pero, claro nadie dice la verdad, en este caso la culpa es que la lógica liberal del mercado libre se ha impuesto a la lógica del interés común y la conservación del equilibrio ecológico y urbanístico. Es decir la culpa es que el Estado ha dejado de regirse por intereses nacionales, populares y comunitarios y se han impuesto los intereses del capitalismo liberal. Es la realidad que nadie va a denunciar.
El capitalismo y el liberalismo matan si no están controlados y sometidos por un Estado social y nacional.
Por eso durante el Franquismo (que tenía algún elemento social en su concepción estatal) y sobre todo el alcalde de Valencia tras la riada de 1957, Rincón de Arellano (fundador de las JONS), quien sí tenía un gran conciencia social, realizó una obra hidráulica que ha salvado miles de vidas, sin importarle destruir los intereses de los constructores de la zona sur de Valencia y de Chirivella…. Algo que nadie es capaz de hacerlo hoy. En estos tiempos el capitalismo liberal manda y mata.
Voy a parafrasear a Goebbles: “cada vez que oigo hablar de Agenda 2030 saco mi P38”, y no por lo que pensáis, sino porque veo que la derecha/extrema derecha usa ese “enemigo” para jamás hablar del problema real la globalización del gran capitalismo.
Es como lo de hablar de “inmigración controlada” para callar sobre el problema real: la sustitución demográfica.
No compréis discursos adulterados, son cómplices del mal y del enemigo.
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