Cumbre del BRICS en Brasil: ¿poder sin estructura?






Elena Fritz

https://pi-news.net/2025/07/brics-gipfel-in-brasilien-macht-ohne-struktur/

La última cumbre del BRICS celebrada en Brasil podría haber sido un hito. Un hito geopolítico. Al fin y al cabo, el bloque ya reúne hoy en día más rendimiento económico que el G7, y la tendencia va en aumento. Y, sin embargo, la impresión es que las grandes cifras contrastan con una escasa eficacia. La simbólica ausencia del presidente chino Xi Jinping lo dice todo. Lo que falta no es el potencial económico, sino la coherencia política. Y, sobre todo, la estructura.

La hegemonía occidental no se basa únicamente en las armas, sino también en las instituciones: el FMI, el Banco Mundial, la OMC, SWIFT, los tribunales de arbitraje, los sistemas de calificación crediticia... Una red de control global que filtra el acceso al mercado, las inversiones y las sanciones en función de intereses geoestratégicos. Esta infraestructura es la columna vertebral de la Pax Americana. Quien se oponga a ella no será necesariamente aislado militarmente, pero sí sistémicamente.

Rusia ha reconocido esta relación desde hace tiempo. Por ello, las propuestas rusas dentro del BRICS no apuntaban a resoluciones simbólicas, sino a un contrapoder institucional real:

- Creación de un tribunal multilateral propio para disputas económicas.

- Establecimiento de un sistema de liquidación autónomo fuera de SWIFT.

Introducción de una moneda de reserva del BRICS, posiblemente respaldada por oro

- Ampliación del Nuevo Banco de Desarrollo para convertirlo en un banco de inversión con capacidad de actuación geoestratégica

- Creación de un espacio de información común para socavar la hegemonía occidental en materia de opinión

- Política exterior y de seguridad coordinada, por ejemplo, en las votaciones de la ONU

Sin embargo, las propuestas no tuvieron eco.

Por qué el BRICS (todavía) no funciona

Lo que a primera vista parece inercia es, en realidad, sistémico: los países BRICS no comparten una visión común. China se beneficia enormemente del orden mundial existente, India está estrechamente vinculada al mercado estadounidense, Brasil navega a la deriva, Sudáfrica sigue dependiendo de las materias primas y Rusia está cada vez más aislada. Las propuestas de Moscú se consideran «guerras ajenas», y ahí radica precisamente el problema.

El BRICS no es actualmente un sistema, sino un reflejo de intereses divergentes.

La soberanía que todos los Estados miembros defienden se convierte en su mayor debilidad estructural. Porque el poder no surge de la autarquía nacional, sino de la acción coordinada y las normas comunes. Y precisamente estas no están a la vista.

El vacío geopolítico y la ilusión de la neutralidad

El mundo se encamina hacia la formación de nuevos bloques. Occidente consolida su orden, mientras que «Oriente», si es que llega a surgir, sigue dividido. En esta constelación, la neutralidad se convierte en una ficción geopolítica. Quien no crea orden, quedará subsumido en un orden ajeno.

Rusia reconoce esta dinámica, no por idealismo, sino por necesidad. Porque Moscú es la primera gran nación que se ha separado de Occidente no solo militarmente, sino también sistémicamente. Pero sin socios dispuestos a compartir la responsabilidad institucional, el BRICS no se convertirá en un contrapoder, sino en un círculo de debate.

Conclusión

La cumbre del BRICS no fue un fracaso, sino una declaración de insolvencia.

Mientras el BRICS no construya sus propias estructuras, el bloque seguirá siendo una potencia económica sin influencia geopolítica. Quien critica el dólar, pero no crea alternativas, permanece en el sistema que quiere superar.

No basta con estar en contra del orden occidental, hay que crear uno propio.


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