Cumbre de la OTAN 2025: Blazer, Imágenes y Mensajes

Trump impresiona: Por primera vez, el presidente ucraniano Zelenskyj no apareció en la cumbre de la OTAN en La Haya con un suéter verde militar, sino con una chaqueta oscura.
Desde fuera, parecía una cumbre de la OTAN como muchas otras: muchas cámaras, muchas promesas, mucha retórica. Pero quien mira con atención, nota: el escenario permanece, pero la obra ha cambiado. Y una chaqueta se convirtió en la protagonista silenciosa.
Si en unos años recordamos la cumbre de la OTAN 2025 en La Haya, quizás recordaremos menos las conferencias de prensa o las declaraciones finales — y más la chaqueta. Más específicamente: la chaqueta de Volodymyr Zelensky. Por primera vez, el presidente ucraniano no apareció con un suéter verde militar, sino con ropa civil. Una ruptura con su papel público anterior — y quizás un símbolo involuntario de la dinámica cambiante dentro de la alianza. Porque, aunque no se quiera decir en voz alta, las coordenadas se mueven. No de manera dramática. Pero sí perceptible.
Una cumbre de subtextos
Oficialmente, todos destacaron la firmeza de la OTAN en apoyar a Ucrania. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, elogió la unidad de la alianza, el apoyo militar, la línea común. Se dijo que ayudarían a Kiev a “mantenerse militarmente hasta lograr una paz viable”. Suena bien. Pero, ¿qué significa realmente?
Por un lado: que la paz parece lejana. Por otro: que “mantenerse militarmente” no es una estrategia, sino un estado. Rutte enfatizó que EE. UU. sigue ayudando — con inteligencia, sistemas de defensa aérea, apoyo logístico. Pero al mismo tiempo, en sus palabras, había un llamado no disimulado a los europeos: más responsabilidad, más dinero, más esfuerzo propio. Para 2035, los gastos de defensa de los países miembros deben subir al cinco por ciento del PIB, aumentar la producción de armamento, reforzar el personal, llenar los almacenes de municiones — un programa de inversión gigante sin debate social, justificado por la narrativa de la amenaza.
Trump no es el problema — es la nueva normalidad
Lo que más llamó la atención fue cómo Europa, en silencio, se ha adaptado a Donald Trump. Sin irritaciones abiertas, sin enfrentamientos transatlánticos. Al contrario: reconocimiento, moderación, adaptación.
Macron habló abiertamente de que Europa debe reanudar el diálogo con Rusia — sobre control de armas, confianza, coexistencia. Merz declaró que la adhesión de Ucrania a la OTAN está “excluida” mientras Trump esté en el cargo — quizás más tarde, pero no ahora.
No son declaraciones espectaculares, pero marcan un nuevo tono. Es como si se hubiera aceptado la realidad, la incertidumbre, el malestar. De una “reacción” transatlántica, se ha pasado a una adaptación cautelosa.
Ucrania: visible, pero estratégicamente aislada
Para Ucrania, todo esto significa una amarga realidad. Aunque continúan mostrando lealtad en declaraciones públicas, el camino hacia la OTAN está, de hecho, en pausa. Sin fecha, sin plan, sin compromisos concretos.
Y así, la chaqueta de Zelensky se convirtió en un símbolo: muestra el esfuerzo por mantenerse conectado, en un escenario político que ya sigue sus propios guiones. La retórica de “lucha hasta la victoria” parece cada vez más pasada de moda. Ucrania ya no es el centro del relato occidental — se ha convertido en una variable en una ecuación más grande.
Conclusión: La fachada aún se mantiene, pero detrás hay reformas en marcha
La cumbre de la OTAN 2025 fue un punto de inflexión. No por lo que se dijo, sino por lo que ya no fue necesario decir. Europa empieza a liberarse con cautela de la tutela estadounidense — no por convicción, sino porque apenas hay alternativas. EE. UU. sigue presente, pero ya no lidera.
Ucrania sigue siendo un tema, pero ya no el centro. ¿Y la chaqueta? Ella permanece — como símbolo de una cumbre que reveló mucho sobre el estado de Occidente, sin decirlo en voz alta.
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