El gobierno japonés discute sobre la migración laboral: Alemania como ejemplo negativo
Tokio. No solo el vicepresidente estadounidense J.D. Vance considera que la política de inmigración alemana es suicida. También el gobierno japonés ve a Alemania como un ejemplo negativo en términos de inmigración.
Esto se hizo evidente estos días durante las deliberaciones sobre la futura aceptación e integración de trabajadores extranjeros en Japón, que tuvieron lugar en el marco de la 21. sesión del gabinete japonés. El gobierno en Tokio desea promover la migración laboral hacia Nippon mediante programas especiales, pero evitando a toda costa los errores de Alemania. Se les asigna un gran valor a las competencias lingüísticas existentes. También se deben establecer límites máximos para el número de extranjeros admitidos.
Sin embargo, incluso esta política de inmigración relativamente cautelosa no está exenta de controversia en el gobierno. Minoru Kiuchi, quien en el gabinete del primer ministro Ishiba es responsable, entre otras cosas, de la seguridad económica, expresó tras la reunión ministerial en X su preocupación por las consecuencias de la migración, haciendo especial referencia a Alemania como un ejemplo disuasorio. En Alemania, que lleva a cabo una "política activa de recepción de extranjeros", se ha observado un aumento de la criminalidad y de los problemas sociales, así como una división de la sociedad, escribió.
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