Los precios de la electricidad en el Báltico se disparan tras la desconexión de Rusia: 230 euros en lugar de 85

 


https://ejbron.wordpress.com/2025/02/17/stroomprijzen-in-de-baltische-staten-exploderen-na-afkoppeling-van-rusland-e-230-i-p-v-e-85/

Los precios de la electricidad en los países bálticos han aumentado notablemente tras la desconexión de la red eléctrica rusa, ya que la región depende ahora por completo de la red europea. De media, los ciudadanos tienen que pagar ahora 230 euros en lugar de 85.

La independencia energética de los países bálticos de Rusia tiene su precio: Estonia, Letonia y Lituania registran máximos históricos en el coste de la electricidad. El 11 de febrero de 2025, los precios de la electricidad en la región subieron a una media de 230 euros por megavatio-hora, un aumento drástico respecto a los 85 euros que había que pagar hace exactamente un año.

«Desrussificación» con consecuencias financieras

Desde el 8 de febrero de 2025, los países bálticos están oficialmente desconectados de la red eléctrica rusa BRELL y ahora se abastecen de energía a través de la red de la UE, principalmente de Polonia. Políticos como la Ministra de Medio Ambiente de Estonia, Yoko Alender, y el Presidente de Lituania, Gitanas Nausėda, han saludado la medida como una «victoria histórica de la democracia», pero para los ciudadanos lo más importante es la explosión de los precios de la electricidad.

Los datos de la bolsa de electricidad Nord Pool confirman la tendencia: mientras que un megavatio-hora costaba una media de 62 euros cuando los países aún estaban conectados a la red rusa, el precio ya subía a pasos agigantados el 9 de febrero. Al mediodía del 11 de febrero, el valor más alto era de 483 euros por Megavatio-hora, más de siete veces superior al del año anterior. La semana pasada, el precio medio de la electricidad subió de 126 euros por Megavatio hora a 191 euros por Megavatio hora, marcando un nuevo máximo para el año 2025.

Una despedida cara

Los gobiernos bálticos argumentan que el desacoplamiento era necesario para evitar el chantaje geopolítico de Rusia. El proyecto, que debía conectar los países a la red de la UE, requirió inversiones por valor de 1.600 millones de euros, repartidos entre Lituania, Letonia, Estonia y Polonia.

Pero mientras la élite política se da palmaditas en la espalda con solemnes declaraciones, los ciudadanos y las empresas se preocupan por la drástica evolución de los precios. Especialmente las industrias de gran consumo energético de la región se enfrentan a un problema: los costes de producción se disparan, amenazando la competitividad.

Incluso la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, admitió recientemente que los costes energéticos en la UE son estructuralmente más altos que en EE.UU. y China. Los «precios desorbitados» lastrarían cada vez más a la industria europea. Por ello, la UE planea más inversiones en energías renovables para garantizar precios independientes y más estables a largo plazo.

Decir adiós a la energía rusa no es sólo una declaración geopolítica: también afecta al bolsillo de los consumidores.


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