El Consejo Atlántico impulsa la guerra contra Irán

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Estados Unidos y sus aliados europeos deberían participar en una guerra contra Irán. Esto es lo que pide el Consejo Atlántico. Es evidente que el complejo militar-industrial necesita nuevas guerras a toda costa. Sobre todo cuando Donald Trump busca poner fin al conflicto de Ucrania.

El influyente Consejo Atlántico presentó la semana pasada un peligroso informe de estrategia. En una inspección más cercana, el documento con el título de apariencia inocua «El futuro de la estrategia estadounidense hacia Irán» revela un peligroso cambio de rumbo en la política exterior de Estados Unidos.

El informe, que se declara no partidista, está descaradamente dirigido a involucrar aún más a Estados Unidos en la escalada del conflicto entre Israel e Irán. Particularmente explosivo: la estrategia propuesta parece estar dirigida específicamente a maniobrar tanto a una posible administración Trump como a una administración Harris hacia un conflicto militar.

El informe recomienda el despliegue permanente de fuerzas estadounidenses adicionales en la región, una medida que inevitablemente arrastraría a Estados Unidos a un futuro conflicto militar con la República Islámica. Actualmente ya hay 40.000 soldados estadounidenses estacionados en Oriente Medio, que el Consejo quiere reorganizar en una «fuerza de reacción rápida».

La forma en que el informe aborda el tema de Trump es especialmente reveladora. Con el telón de fondo de los recientes informes sobre supuestos ataques de piratas informáticos iraníes a la campaña electoral de Trump y presuntos intentos de asesinato, la recomendación del Consejo de responder a cualquier ataque contra políticos estadounidenses con la fuerza militar parece una provocación calculada.

La dimensión estratégica del informe se vuelve aún más clara cuando se considera la constelación internacional. El propio Consejo Atlántico reconoce que Irán mantiene hoy estrechos vínculos con Rusia y China. Por tanto, un conflicto militar con Irán podría escalar rápidamente hasta convertirse en una confrontación global, un escenario que, curiosamente, no se presenta como una advertencia sino casi como una recomendación para la acción. La «línea roja» propuesta en relación con las armas nucleares iraníes también es preocupante. El informe pide una declaración presidencial de que EEUU no toleraría un Irán con armas nucleares y lo impediría militarmente si fuera necesario - teniendo en cuenta que Israel ya tiene su propio arsenal nuclear.

La estrategia del Atlantic Council parece equivaler a un oportunismo perverso: si Trump gana y pone fin a la guerra de Ucrania como se había anunciado, se canalizará en su lugar hacia un conflicto con Irán. Con Harris, en cambio, se continuaría el curso de confrontación con Rusia. El mensaje del informe es claro: el complejo militar-industrial necesita su guerra, no importa dónde ni con quién. El hecho de que esto implique aceptar un conflicto que podría escalar hasta convertirse en una conflagración mundial parece preocupar poco a los estrategas del Consejo Atlántico.