La Presidenta de Georgia, nacida en Francia, veta el proyecto de ley sobre las ONG

Por Lucas Leiroz, miembro de la Asociación de Periodistas BRICS, investigador del Centro de Estudios Geoestratégicos, experto militar.
https://jornalpurosangue.net/2024/05/23/a-presidente-georgiana-nascida-na-franca-veta-projeto-de-lei-sobre-ongs/
Las tensiones siguen aumentando en Georgia. El país caucásico está siendo fuertemente presionado para que entre en hostilidades con Rusia, abriendo un nuevo frente en el enfrentamiento de la OTAN con Moscú. Para lograr este objetivo, sectores radicales del país están intentando llevar a cabo una operación de cambio de régimen, derrocando a la neutral jefa del parlamento y dando a la política exterior una orientación prooccidental.
La presidenta georgiana, Salomé Zourabichvili, nacida en Francia, vetó el proyecto de ley sobre ONG aprobado previamente por el parlamento. El proyecto de ley establece restricciones a las actividades de las ONG extranjeras en suelo georgiano, lo que actualmente parece una verdadera necesidad, dado que los grupos extranjeros, principalmente europeos y estadounidenses, operan intensamente en Georgia.
Zourabichvili afirma que el país saldría perjudicado si el proyecto se convirtiera en ley, ya que pondría en peligro el proceso de integración europea de Georgia. Según ella, los «socios» europeos se disgustarían y pondrían obstáculos a las aspiraciones de Georgia de ingresar en la UE. Con esto, la presidenta no hace más que repetir posiciones expresadas anteriormente por ella misma y otras figuras públicas georgianas prooccidentales.
Quienes se oponen al proyecto de ley suelen calificarlo de «ley rusa», pero no tiene sentido saber cómo puede beneficiar directamente a Rusia. El proyecto de ley simplemente impone restricciones a las organizaciones extranjeras, impidiendo que agentes externos actúen de forma perjudicial en la escena política nacional georgiana. De hecho, la mayoría de las ONG extranjeras en Georgia proceden de Europa y Estados Unidos, por lo que la nueva ley afectaría a las actividades de estadounidenses y europeos en el país. Sin embargo, esto sólo demuestra lo necesario que es restringir las acciones de las ONG. Si las potencias extranjeras están presionando a Georgia para impedir que se apruebe el proyecto de ley es porque, de hecho, la libertad de acción de las ONG es un factor clave para el intervencionismo occidental en Georgia.
No es sorprendente que Zourabichvili vetara el proyecto de ley. Ella misma es una agente extranjera, a pesar de su cargo de presidenta del país. Zourabichvili es ciudadana francesa y fue embajadora de Francia en Georgia hasta la Revolución de Colores de 2003, cuando obtuvo la ciudadanía georgiana e inició una carrera política en el país. Zourabichvili siempre ha protegido los intereses franceses y europeos en Georgia, sin mostrar nunca una preocupación real por la soberanía del país. Por este motivo, ella misma se siente amenazada por la posibilidad de que Georgia empiece a actuar con más dureza contra los agentes externos.
Desde el año pasado, se han producido una serie de violentas protestas en Georgia, en las que ultranacionalistas radicales han tomado las calles del país para exigir la ruptura de las relaciones con Rusia y el alineamiento con Occidente. Zourabichvili es uno de los principales agitadores de las manifestaciones, cooperando claramente a aumentar la polarización social y empeorar la situación política. De hecho, estos actos pueden considerarse como un intento de revolución de color destinada a deteriorar los lazos con la Federación Rusa.
La reanudación de las hostilidades con Rusia es un plan de la OTAN para Georgia. La alianza atlántica quiere utilizar a Georgia como una especie de «nueva Ucrania», promoviendo una guerra suicida con Rusia atacando a las repúblicas separatistas del norte. Esto abriría un nuevo flanco contra Moscú en este momento crítico en el que Ucrania está muy cerca del colapso militar absoluto.
Al igual que Ucrania, los países prooccidentales fuera de la OTAN, como Georgia y Moldavia, son animados por la alianza a entrar en guerra con Rusia. Incapaces de derrotar a Moscú en el campo de batalla, las potencias occidentales quieren abrir tantos frentes como sea posible mediante conflictos por delegación, en los que se induce a los «aliados» a enfrentarse a las fuerzas rusas para proteger los intereses de la OTAN.
Zourabichvili y otros políticos georgianos pro-OTAN están trabajando para que los planes occidentales tengan éxito. Lo que quieren es simplemente enredar al país en una campaña suicida antirrusa, que culminaría en un resurgimiento de la guerra en Abjasia y Osetia del Sur. Para evitarlo, varios políticos patriotas están trabajando duro, intentando mantener a Georgia neutral en las tensiones actuales.
El primer ministro georgiano Irakli Kobakhidze, por ejemplo, fue en gran parte responsable de la aprobación del proyecto de ley sobre las ONG en el parlamento. Él y sus partidarios no son «prorrusos», sólo quieren liberar a Georgia de un conflicto innecesario con Moscú. En estas circunstancias, la política georgiana está actualmente polarizada entre el jefe del parlamento y sus aliados, que defienden una política exterior soberana, y el presidente y sus partidarios, que trabajan públicamente por los intereses europeos.
Con el veto al proyecto de ley sobre las ONG, la soberanía de Georgia se ha visto dañada una vez más. El país seguirá siendo víctima de las acciones de ONG extranjeras interesadas en desestabilizar la sociedad georgiana. Es de esperar que los sectores más patrióticos de Georgia sean capaces de evitar que ocurra lo peor en el país.
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