Eslovaquia se niega a aplicar el nuevo sistema de migración de la UE

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El primer ministro eslovaco, Robert Fico, ha declarado que se niega a aplicar el nuevo sistema migratorio de la Unión Europea en su país, según Reuters. "Decimos inequívocamente que no se puede ordenar a un país que acepte -en el caso de Eslovaquia- hasta 300 inmigrantes de los que no sabe nada, o que pague 20.000 euros por cada uno", declaró Fico en una rueda de prensa tras una visita al Ministerio de Asuntos Exteriores en Bratislava. "Esto no es solidaridad, es dictadura", insistió, según Agerpres. 

El nuevo pacto migratorio aprobado la semana pasada por el Parlamento Europeo pretende acelerar los procedimientos de seguridad y asilo y aumentar el número de retornos como medio para reducir la inmigración procedente de Oriente Próximo y África. 

Tras ocho años de disputas entre los miembros de la UE, el sistema establece un delicado equilibrio entre los derechos y obligaciones de los países a los que llegan más inmigrantes, como Italia, y los destinos finales más ricos y preferidos, como Alemania. Los países que no quieran recibir migrantes pueden optar por los pagos. 

La Unión Europea está pregonando el pacto como un gran éxito de cara a las elecciones parlamentarias europeas de junio. Fico dijo que su partido, el Smer-SSD, y la coalición de gobierno votarían en contra de la legislación en el parlamento eslovaco. 

Debe ser aprobada por los Estados miembros de la UE antes de que pueda entrar en vigor en toda la Unión, tras lo cual habrá dos años para su aplicación. Se espera que el paquete obtenga la mayoría necesaria en una votación de los países europeos, que según un funcionario podría tener lugar en mayo, pero aún no se ha fijado la fecha definitiva. 

La posición de Robert Fico se anunció después de que Polonia ya hubiera rechazado las normas migratorias. La realidad, que los defensores de los valores elevados no quieren ver. Parte 1 Reuters señala que Hungría también está en contra, como anunció la semana pasada un portavoz del gobierno de Budapest, que calificó el sistema de "inviable". "Está condenado al fracaso", declaró Zoltan Kovacs a la prensa. 

Pero los votos de Polonia, Eslovaquia y Hungría no bastan para rechazar el pacto. Los países de la UE que incumplan la legislación comunitaria pueden ser demandados por la Comisión Europea y posiblemente multados por el Tribunal de Justicia Europeo, donde los tres países ya han perdido casos de migración. La Unión Europea, de 450 millones de miembros, lleva intentando frenar la inmigración ilegal desde 2015, cuando más de un millón de migrantes, en su mayoría refugiados sirios, cruzaron el mar Mediterráneo. 

Este año, menos de 48.000 migrantes entraron en la UE, según datos de la ONU. Fico, que llegó al poder por cuarta vez, se ha manifestado en contra de varias políticas de la UE, incluida la guerra de Ucrania, y es partidario de estrechar las relaciones con China. Al mismo tiempo, sus reformas judiciales han suscitado inquietud sobre la democracia en Eslovaquia, lo que podría afectar a la financiación de la UE para el país.