¿Cuándo es realmente soberano un Estado?

 Quand'è che uno Stato è davvero sovrano?


por Daniele Dell'Orco
 
 https://www.ariannaeditrice.it/articoli/quand-e-che-uno-stato-e-davvero-sovrano

El reciente debate sobre el envío de tanques Leopard al ejército ucraniano ha vuelto a poner de manifiesto la extraordinaria debilidad de la (¿antigua?) locomotora de Europa: Alemania.

Lo que hasta hace unos meses se consideraba una potencia hegemónica en el Viejo Continente ha quedado literalmente al desnudo en el espacio de unos meses en varios ámbitos: el político (inestabilidad continua en la era post-Merkel), el económico (dependencia energética, crisis industrial debida a las sanciones) y el militar (ejército de nivel cero).

Encerrada en esta tenaza, Alemania se ha visto obligada a tomar decisiones contrarias a su interés nacional desmantelando en muy poco tiempo años de planificación política.

Esta es una buena oportunidad para utilizar el ejemplo alemán como estudio de caso para comprender en qué consiste realmente la "soberanía" de un país.

Las macroáreas que dan a una nación la posibilidad de ser dueña de su propio destino (para bien o para mal) son tres:

- estabilidad política;

- poder militar;

- estabilidad financiera.

Desde el punto de vista político, sea cual sea la forma de gobierno de cada país, un liderazgo fuerte en el caso de las autocracias, una confianza masiva en el partido/líder en las democracias no liberales, o un amplio consenso electoral en las democracias liberales (o un sistema bipolar detrás del cual se mueve un Estado profundo cohesionado que hace que el voto sea irrelevante en muchas cuestiones) son indispensables para que un gobierno pueda tomar decisiones políticas, económicas (suministro energético, estado del bienestar, fiscalidad, etc.) y militares.

Esto último, desafiando las décadas en las que en muchos países europeos (en primer lugar los que salieron perdedores de la guerra mundial como el nuestro o, precisamente, Alemania) el axioma de que sería más sensato externalizar su defensa y reducir el gasto militar al mínimo porque "se pueden construir guarderías con ese dinero", es una herramienta indispensable para afirmar su soberanía. Y lo estamos viendo con la guerra actual: los que tienen un ejército poderoso (Turquía, Israel, China, Francia, además de los grandes actores directamente implicados en el conflicto) toman las decisiones, los demás se alinean.

Un ejército "poderoso" significa obviamente en términos de número, pero también en términos de preparación, versatilidad (por ejemplo, tener una fuerza aérea fuerte y una marina débil sólo hace poderoso a un ejército en determinados escenarios) y sobre todo supremacía industrial y tecnológica.

Este punto es fundamental: si uno compra su propio armamento, o lo fabrica en lo que oficialmente se denomina una "asociación" pero que prácticamente es una subcontratación, no es soberano, porque no tendría la posibilidad de disponer libremente de sus propias armas en tiempos de necesidad. El programa F-35 es un buen ejemplo.

Está siendo desarrollado por Lockheed Martin, BAE y Leonardo, con un buen empleo (proporcionalmente) para todos.
Pero las tecnologías, el apoyo, el control sobre su uso es prerrogativa de una potencia (con muy raras excepciones).

El potencial industrial va de la mano. Si uno dispone de tecnologías propias, ya sean obsoletas o extraordinariamente avanzadas, también debe tener la capacidad práctica de traducirlas en armamento (de ahí el potencial industrial, las materias primas, el personal, etc.) o de contratarlo en el extranjero con formas "reales" de asociación.

La estabilidad financiera es de alguna manera lo que lo mantiene todo unido, ya que en el mundo globalizado es a todos los efectos un arma.

Demasiada deuda pública en manos extranjeras hace a uno vulnerable.

Demasiado déficit ata las manos de los gobiernos y no permite el PIB.

Un PIB demasiado bajo crea descontento e inestabilidad.

Demasiada inestabilidad hace que las economías sean presa de ataques financieros y derriba gobiernos.

Etc.

Ninguna de estas esferas tiene prioridad sobre la otra, pero todas son autosuficientes y su equilibrio sustancial da como resultado la máxima expresión posible de soberanía.

Sin embargo, incluso en casos de desequilibrio, hacer mucho hincapié en dos de ellos puede minimizar los impactos del otro (el ejemplo de Turquía, en perpetua crisis económica, es emblemático) podría ser aceptable siempre que se trabaje para volver a equilibrarlos.

Un desequilibrio en dos de estas esferas, o incluso en las tres, no puede en modo alguno hacer que un país sea verdaderamente soberano, sino sólo transmitir esa sensación. Esto es lo que le ocurrió a Alemania: en tiempos de paz parecía indestructible, con el cambio de escenario se descubrió a sí misma en falta.

Utilizando este sencillo espejo, es posible trazar una especie de "boletín de calificaciones" para cada estudio de caso.
Desde mi punto de vista, estos conceptos demuestran que en Europa (incluido el Reino Unido) no hay ningún país que pueda pretender ser verdaderamente soberano, con la excepción de Francia. Que, sin embargo, ha ido en progresivo declive en las últimas décadas tanto en el ámbito político (es cada vez más inestable a pesar de una ley electoral que lo pone lo más a salvo posible de vuelcos antisistema) como en el financiero.

En resumen, su equilibrio es precario.

Pero al menos está ahí.

De ahí que, hasta la fecha, los destinos de Europa no se decidan en Europa.

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