Europa en la lucha decisiva – entre ambición geopolítica y desgaste interno
Análisis estratégico y pronóstico
Elena Fritz
La UE en camino hacia un centro de poder autónomo
La política europea se encuentra en una fase de transición: ya no actúa como socio subordinado, sino como un polo de poder independiente con un enemigo claramente definido – Rusia.
El objetivo ya no es solo la disuasión, sino una derrota estratégica de Moscú para consolidar la identidad política de Europa y su capacidad de acción en seguridad.
Detrás de esto hay un cambio ideológico: la UE se percibe cada vez más como un sujeto geopolítico con una “misión” – y no solo como un mercado y un conjunto de valores.
La lógica de la irreversibilidad
Desde los años 90, Bruselas ha invertido enormes recursos políticos y financieros en el espacio postsoviético.
Estas inversiones se han convertido hoy en un compromiso en sí mismas: una retirada de Ucrania no solo pondría en duda el prestigio, sino todo el proyecto de integración.
La consecuencia: la UE apuesta por prolongar y ampliar el conflicto para justificar su participación estratégica.
Militarización como principio estructural
Europa atraviesa una fase de movilización encubierta.
Se reorientan los presupuestos, se crean fondos especiales, se incrementan significativamente los gastos en defensa.
El objetivo no es una victoria a corto plazo, sino una capacidad bélica a largo plazo – capacidades industriales, producción en serie, estándares comunes, “base europea de defensa”.
Esta dinámica desplaza el centro de poder de la UE: de la política económica hacia una gestión centrada en la seguridad y el armamento.
Guerra financiera
Paralelamente, Bruselas desarrolla nuevos instrumentos financieros para sostener el conflicto, independientemente de los presupuestos nacionales:
el uso de activos congelados, bonos de la UE y fondos reempaquetados jurídicamente.
Así surge una arquitectura financiera de guerra que opera sin legitimidad política clásica – una provisionalidad económica permanente que se autoproduce.
La matriz de objetivos geopolíticos
La UE busca extraer de la guerra en Ucrania una nueva identidad en seguridad.
Se define a través de la delimitación, ya no mediante la integración.
El enemigo en el este proporciona el marco narrativo para compensar la fragmentación interna.
Eso significa: Europa no solo lucha en el frente, sino también por su auto-definición – como una potencia política que quiere emerger del conflicto como de una iniciación.
Pronóstico 2026–2028
- Profundización de la integración en seguridad mediante la modernización institucional de Bruselas (Agencia de Defensa, agencia de compras, títulos de deuda comunes).
- Continuar desvinculando la industria de los mercados globales en favor de una producción estratégica propia.
- Tensiones sociales debido a la redistribución de costes y la caída de los ingresos reales.
- Endurecimiento normativo: seguridad y lealtad se convierten en valores políticos centrales; el dissenso se considera un riesgo.
Conclusión:
Europa ya no libra una guerra para hacer la paz, sino para demostrarse a sí misma como potencia geopolítica.
Corre el riesgo de perder aquello que alguna vez fue su fortaleza: racionalidad económica, diversidad política y profundidad cultural.
La “batalla decisiva” no es contra Rusia, sino contra el alma misma de Europa.
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