Elecciones Legislativas Argentinas: ¿Victoria pírrica de Milei?



Raphael Machado

Fuente: https://www.facebook.com/profile.php?id=100069794930562

Muchas personas se sorprendieron con los resultados favorables alcanzados por Milei en las elecciones legislativas argentinas, que buscaban renovar la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado.

La coalición La Libertad Avanza, liderada por Javier Milei, obtuvo poco más de 9,3 millones de votos (40 %), mientras que su principal rival, la coalición Fuerza Patria, liderada por Cristina Kirchner, logró 7,7 millones de votos (34 %).

El resultado se compara con las elecciones legislativas de 2023, cuando la coalición La Libertad Avanza alcanzó 6,8 millones de votos (28 %) y la coalición kirchnerista Unión por la Patria logró 9,2 millones (38 %).

Esa comparación sirve como base para entender el panorama político argentino como uno en el que el pueblo argentino sigue confiando en Milei y apostando por “duras reformas”. Además, se usan estos resultados para criticar análisis que señalan errores y pérdida de popularidad de Milei.

Pero hay mucha superficialidad y prisa en ello.

En primer lugar, hay una gran diferencia entre las elecciones de 2023 y las de 2025: la consolidación de prácticamente todas las fuerzas “de derecha” en la coalición La Libertad Avanza. En 2023, Mauricio Macri lideraba la coalición Juntos por el Cambio, con 6,4 millones de votos (26 %). En 2025, las fuerzas lideradas por Macri se unificaron en La Libertad Avanza, fusionando sus fuerzas con las de Milei.

Ya no existe una “tercera fuerza” política argentina representada por una centro-derecha liberal, sino que la política argentina se ha consolidado en solo dos grandes campos.

Considerar este factor ya desafía la narrativa triunfalista, porque si sumamos los votos del campo macrista y los de Milei, la coalición de este último debería haber superado los 13 millones de votos.

Por lo tanto, la derecha perdió 4 millones de apoyos entre 2023 y 2025. Pero estos apoyos perdidos no pasaron a apoyar al kirchnerismo, ya que la izquierda también perdió simpatizantes, pero “solo” 1.5 millones en ese mismo período.

La demografía electoral básica ayuda a explicar parte del fenómeno: en 2023, 24.5 millones de argentinos emitieron votos válidos, mientras que en 2025 fueron 22.9 millones.

Otro factor es el fortalecimiento del federalismo, con gobernadores provinciales formando la coalición Provincias Unidas, que obtuvo 1.5 millones de votos. El resto de los votos “perdidos” se fragmentó entre numerosas otras microcoaliciones (Innovación Federal, Frente de Izquierda y de Trabajadores – Unidad, Nuevos Aires, etc.).

En ese sentido, lo que indica el resultado de estas elecciones es una decepción del pueblo argentino respecto a la política tradicional. El pueblo está cansado de Milei, pero no quiere votar por Kirchner. Los argentinos, por tanto, esperan una nueva alternativa política — pero no hay nada en el horizonte. Mientras esperan, la tendencia es una caída gradual en la participación popular, así como un aumento en el apoyo a micropartidos localistas o radicales.

Para Milei, se trata de una victoria pírrica.

Primero, porque no sirvió para alcanzar una mayoría parlamentaria, de modo que el Legislativo seguirá fracturado y en contra de Milei.

Segundo, porque fue una victoria lograda gracias al poder ajeno, con la ayuda financiera de EE.UU. de 40 mil millones de dólares para mantener a Argentina a flote. Sin ese dinero, el peso argentino habría caído en picada en plena campaña electoral.

Esa misma ayuda financiera, sin embargo, es resultado de un acuerdo entre el oligarca Robert Citrone y el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent. Citrone apostó gran parte de sus fondos en Argentina al inicio del mandato de Milei, pero él y otros inversores no vieron resultados suficientes.

Este dinero que ingresa tiene como único propósito estabilizar la moneda argentina el tiempo suficiente para que Citrone y otros inversores puedan irse del país, limitando sus pérdidas.

Después de que pase el efecto de esta inyección de dinero, Argentina seguirá hundiéndose.

Por ejemplo, según datos publicados la semana pasada por el Banco Central de Argentina, la morosidad de las familias argentinas alcanzó su nivel más alto desde 2010 (año en que comenzó la serie estadística), y las tasas de interés en préstamos personales llegaron al 74 %.

Para las empresas, la situación es aún peor. El costo de financiamiento de anticipos en cuenta corriente (usados comúnmente para pagar salarios) es del 190 % anual, el nivel más alto en la historia argentina desde que comenzó la publicación de estadísticas en 2009.

En resumen, Milei solo consiguió sobrevivir. Y esa supervivencia fue concedida por terceros, y ni siquiera por Milei mismo, sino para garantizar financieramente a los inversores extranjeros que apostaron fuerte al éxito argentino.


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