Las sanciones y los aranceles sirven. A quienes los ignoran
Enrico Toselli
https://electomagazine.it/le-sanzioni-e-i-dazi-servono-a-chi-li-ignora/
Sin duda, las sanciones sirven. Para reforzar a quienes no las imponen. Al igual que los aranceles. Las exportaciones de carne de vacuno estadounidense a China alcanzaron en julio un valor de 8,1 millones de dólares y en agosto de 9,5 millones. El año pasado, el valor fue de 118 y 125 millones de dólares, respectivamente.
¿Se han vuelto veganos los chinos? No, las exportaciones de carne de vacuno australiana alcanzaron un valor de 221 millones de dólares en julio y 226 millones en agosto. Con un aumento de unos 80 millones al mes con respecto al año pasado. También han aumentado las exportaciones de carne brasileña a China.
El problema para Estados Unidos es que la carne australiana cuesta menos que la estadounidense y existe el riesgo de que los consumidores chinos sigan prefiriendo la australiana incluso después de un posible acuerdo sobre aranceles entre Washington y Pekín.
Esto se aplica a la carne de vacuno en China, pero también a cualquier otro producto en cualquier otra parte del mundo. Si los consumidores rusos se acostumbran a los quesos «falsos italianos» que cuestan menos que los originales, podrían seguir comprándolos incluso después del fin de las sanciones.
Por eso las sanciones son contraproducentes para quienes las aplican. Y solo unos perfectos idiotas, o personas de mala fe, pueden no comprender la estupidez del chantaje de Trump a Europa: Estados Unidos impondrá sanciones muy duras a Moscú si Europa deja de comprar gas y petróleo a Rusia.
¿Y dónde tendrá que abastecerse Europa? Pues de su aliado estadounidense, por supuesto. ¿Al mismo precio? Por supuesto que no. Un poco más caro. Solo cuatro o cinco veces más caro.
Así pues, Europa, tras perder el mercado ruso, tendrá que perder aún más competitividad en la escena mundial. Y los eurobetinos, por supuesto, han dicho SÍ.
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