Macron recorta el gasto no militar: mal ejemplo para la UE
La carrera armamentística (made in EE. UU.) financiada por la austeridad reavivará a los chalecos amarillos
por Claudio Mauri
https://www.barbadillo.it/123112-macron-taglia-le-spese-non-militari-cattivo-esempio-per-lue/
El plan de saneamiento propuesto por el primer ministro François Bayrou es un punto de inflexión, al menos sobre el papel, para Francia y, por extensión, para la UE. En 2026, París pretende aplicar 43 800 millones de euros en medidas de austeridad, que afectarán a las pensiones, el bienestar social y los servicios esenciales. ¿La lucha contra el déficit exige sacrificios? Pero no para todos. Aumenta el gasto militar: +6500 millones en los próximos dos años.
La «année blanche» no es el título de una película de autor, sino el nombre que se le ha dado a la congelación de las pensiones, los salarios públicos y las subvenciones. Esto supondrá un ahorro de 7100 millones. A esto hay que añadir el retraso en la indexación de las pensiones (otros 3600 millones), los recortes en los reembolsos sanitarios y en las prestaciones por enfermedad y maternidad. En tiempos de casi beligerancia, también se puede curar un poco menos.
Menos fiestas, más trabajo
No falta el proyecto de suprimir festivos (el lunes de Pascua y el 8 de mayo, aniversario de la «victoria» francesa en la Segunda Guerra Mundial) para relanzar la productividad. Nada mejor que un lunes en la fábrica o en la oficina para celebrar la victoria sobre el miedo.
El plan francés se inscribe en una narrativa europea cada vez más trillada: evocar la amenaza rusa hasta imaginar, sin reírse, la invasión del continente hasta Lisboa. Inverosímil para los analistas más sobrios. Pero ya se sabe: en los programas de entrevistas funcionan mejor las hipótesis extremas.
Así, con la opinión pública bien condicionada, se puede invertir en armamento estadounidense con bastante tranquilidad: F-35, sistemas Patriot, tecnologías de ultramar. ¿Autonomía estratégica? Sí, pero siempre vinculada a Estados Unidos.
Sin embargo, Charles de Gaulle...
¿Y si Europa, en lugar de actuar como un seguidor belicoso, se presentara como líder diplomático para poner fin al conflicto, reabrir los canales con Rusia y, como tanto desea Italia, reconstruir Ucrania? Sería una medida tan lógica como inoportuna. Es curioso, de hecho, que dos realidades naturalmente complementarias —los recursos rusos y la tecnología europea— se obstinen en guerrear entre sí en lugar de formar una superpotencia global. Sin embargo, cuando Charles de Gaulle hablaba de una Europa desde el Atlántico hasta los Urales, tenía esto en mente.
Moscú se acerca a Pekín
El verdadero riesgo, si acaso, es que Rusia entre en la órbita china, mientras que la UE, para demostrar que es más atlantista que Estados Unidos, se condena a la irrelevancia. El sucesor de Putin podría ser más duro que él. No sería de extrañar: la UE, en modo Macron, sembrando amenazas, cosecha radicalismos.
La austeridad francesa es el reflejo de una idea distorsionada de la seguridad: ciudadanos, apretáos el cinturón y financiá un aparato bélico que sigue subordinado al estadounidense. Una lógica que, extendida a todo el continente, corre el riesgo de desmoronar el bienestar social y reducir los márgenes de autonomía.
La UE se encuentra así en la encrucijada habitual: continuar por el camino del miedo bien gestionado y la obediencia bien armada, sacrificando su modelo social, o practicar una diplomacia concreta y silenciosa, que podría hacerla menos pequeña.
La alternativa no es entre la guerra y la rendición, sino entre el estancamiento permanente y una nueva arquitectura de seguridad compartida. Renunciar a la libertad por una seguridad ilusoria es el preludio del declive. Redescubrir una visión autónoma y pragmática es, quizás, la última forma de no declinar aún más, bajo los focos de otra persona.
Commentaires
Enregistrer un commentaire