Giorgio Agamben o la paradoja del estado de emergencia permanente
por Anna GICHKINA
(Automne 2021)
https://revuemethode.org/m092121.html
Giorgio AGAMBEN, filósofo italiano contemporáneo, asume con valentía sus puntos de vista no conformistas sobre este espectáculo higienista que se está desarrollando ante nuestros ojos. Me complace presentar a este filósofo a los lectores de la Revue Méthode.
Giorgio Agamben, una figura considerable en el mundo intelectual italiano contemporáneo, critica el hecho de que el estado de emergencia (es decir, una medida provisional) se haya vuelto permanente. En sus discursos utiliza el término “estado de excepción”, del cual es autor. El “estado de excepción” que se ha vuelto permanente viola los principios constitucionales, y esto es precisamente una gran estafa a nuestra libertad. El filósofo se pregunta por qué las respuestas políticas relacionadas con la crisis del Covid han tomado una amplitud tan considerable, mientras que problemas de la misma gravedad o intensidad, o incluso más graves, tanto recientes como antiguos, no han provocado tales reacciones.
Aquí hay una pequeña cita extraída de sus escritos: “Es evidente que dar un número de fallecimientos sin relacionarlo con la mortalidad anual en el mismo período y sin precisar la causa real de la muerte no tiene sentido. Sin embargo, esto es precisamente lo que seguimos haciendo cada día sin que nadie parezca notarlo. Esto es aún más sorprendente, ya que los datos que permiten la verificación están disponibles para cualquiera que desee acceder a ellos, y ya he mencionado en esta sección el informe del presidente del ISTAT, Gian Carlo Blangiardo, en el que se demuestra que el número de fallecimientos por Covid-19 es inferior al de los fallecimientos por enfermedades respiratorias durante los dos años anteriores."
Pero el problema de este estado de cosas en nuestra sociedad actual no se limita únicamente al Covid; es un problema más global. Agamben subraya aquí el hecho de que la cuestión de la salud, que hasta ahora era uno de los medios, uno de los recursos para una vida, se convierte en el objetivo de la vida. Hoy en día, la salud y lo sanitario, propagados como tales, cuestionan las libertades fundamentales del ser humano, creando una paradoja. Y es a través de esta paradoja, al invertir medio y fin, que el poder aplastante sobre la población se establece. Ya no importa el individuo; es este concepto abstracto de “población” el que cuenta. Se nos habla de manera colectiva: proteger a la población, las estadísticas, los riesgos, los números, etc. De ahí la campaña de vacunación masiva sin tener en cuenta la lógica de los riesgos reales (edad, estado general de salud de cada uno, consulta personalizada con un médico tratante para ver realmente si el beneficio vale la pena), especialmente cuando todos los números indican que el riesgo de morir no es mayor que el de la gripe.
Esta sensibilización a los riesgos, que se ha vuelto obsesiva en este nuevo mundo, convierte nuestra sociedad en una cada vez más higienista, donde la vida ya no es el camino de nuestra existencia, sino el poder que nos mantiene a todos bajo el chantaje de la muerte.
Y para concluir:
No nos dejemos manipular y recordemos una vez más la sabiduría eterna comprobada por el tiempo: la vida es un camino y no un objetivo ni un resultado. Por lo tanto, el sentido de la vida está en el movimiento, en el avance. Porque una vez llegada a la meta, la vida cesa y el ser humano entra en una nueva fase que es la muerte. Y eso es normal. Así funciona el ser humano. Pero hay una buena noticia: la libertad de pensar siempre nos pertenece. Así que no dudes en hacerte un poco de esfuerzo y empieza a reflexionar. Verás que todo se vuelve mucho más claro.
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