Alto el fuego de 30 días: ¿movimiento o capitulación?
https://www.pi-news.net/2025/03/30-tage-waffenstillstand-schachzug-oder-kapitulation/
Ucrania y Estados Unidos han propuesto un alto el fuego de 30 días en la guerra contra Rusia durante las negociaciones en Yeda. El Secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, comentó secamente: «La pelota está en el tejado de Rusia». Detrás del gesto hay algo más que una promesa de paz: es un movimiento táctico en un conflicto que hace tiempo que escribió sus propias reglas. Ucrania está bajo presión, Rusia tiene ventaja y Estados Unidos busca un nuevo papel. ¿Qué significa la oferta y cómo reaccionará Moscú? Un análisis de la situación.
Kiev al límite
Las fuerzas armadas ucranianas están maltrechas. Kiev ha perdido más de 66.000 soldados en el sector de Kursk desde el inicio de los combates, una cifra que no sólo es una carga para el frente, sino también para el Gobierno de Zelensky. Las líneas se desmoronan, las tropas rusas ganan terreno. Un alto el fuego de 30 días sería un respiro para Ucrania: tiempo para abastecerse de munición, reorganizar las tropas y aumentar la producción de drones. Pero la oferta no viene de la fuerza. Es una señal a la nueva administración de Donald Trump de que Kiev está dispuesta a adaptarse, a una política que favorece menos la confrontación y más la negociación.
Al mismo tiempo, Estados Unidos ha reanudado su apoyo: Llegan entregas de armas, fluyen datos de inteligencia. Esto demuestra que Trump no quiere una escalada del conflicto, pero tampoco quiere retirarse. El alto el fuego es una propuesta de compromiso, con el objetivo de obligar a ambas partes a sentarse a la mesa. Es una oportunidad para Kiev y un desafío para Rusia.
El cálculo de Moscú
Rusia se enfrenta a una decisión clara. El frente ucraniano se está debilitando, los objetivos estratégicos como el control total de Donetsk, Luhansk, Kherson y Zaporizhia están cerca. ¿Por qué hacer una pausa ahora? Un alto el fuego daría a Kiev la oportunidad de recuperarse, un riesgo que Moscú reconoce tras su experiencia con los acuerdos de Minsk. Entonces, Ucrania aprovechó la calma para rearmarse. Putin no lo habrá olvidado.
Sin embargo, Rusia podría estar de acuerdo, si el precio es justo. Posibles exigencias: el cese de las entregas de armas occidentales a Kiev, un alivio de las sanciones o la devolución de las partes ocupadas de la región de Kursk. Kursk en particular es un punto neurálgico: mientras las tropas ucranianas permanezcan allí, un alto el fuego seguirá siendo sensible a nivel interno para Putin. Sin concesiones, Moscú probablemente rechazará la oferta, o retrasará las negociaciones hasta que el frente genere más hechos.
La influencia de Washington
Si Rusia se niega, las opciones de Estados Unidos son limitadas. Occidente ya está muy implicado militarmente: nuevas entregas podrían prolongar la guerra, pero difícilmente decidirla. En su lugar, Washington recurrirá a las sanciones: mayores restricciones financieras, bloqueo de las exportaciones energéticas, acceso a los activos rusos congelados. Pero el efecto es cuestionable. Europa depende del gas ruso, la economía mundial se tambalea. La palanca financiera es real, pero ya no tan aguda como en 2022.
El jueves, Trump habla con Putin, una conversación que podría marcar el tono de las próximas semanas. Trump quiere ganar puntos como mediador sin sacrificar demasiado. Una oferta con sustancia -como suavizar las sanciones o una renuncia ucraniana a la OTAN- podría seducir a Putin. Sin embargo, la probabilidad es baja: Occidente lo interpretaría como debilidad y Trump necesita éxito político interno, no controversia. Es más probable una oferta minimalista que probablemente no convenza a Rusia. El fracaso sería amargo para Zelensky: su apoyo en Occidente pende de un hilo.
Un alto el fuego de 30 días es un acto de equilibrio. Una ayuda para la supervivencia de Ucrania, un riesgo para Rusia, una prueba para Estados Unidos. La decisión corresponde a Moscú, pero todos asumen las consecuencias. Si Rusia se niega, Occidente lo utilizará como prueba de «beligerancia», y seguirá desangrando el frente. Si acepta, sin garantías, podría caer en una trampa. Los próximos días mostrarán quién tiene las mejores cartas - y quién las está jugando más sabiamente. Las negociaciones entre Trump y Putin marcarán el rumbo. Hasta entonces, la situación sigue abierta: una guerra que podría hacer una pausa, pero que no terminará.
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