Un nuevo acto de guerra contra Europa
Por Daniele Perra
Fuente: Daniele Perra & https://www.ariannaeditrice.it/articoli/un-nuovo-atto-di-guerra-contro-l-europa
La decisión de la administración Biden de otorgar al régimen de Kiev la autorización para atacar territorio ruso con misiles fabricados en Estados Unidos es irresponsable en términos de tiempo y forma, especialmente considerando la nueva "doctrina nuclear" recientemente presentada por Moscú. En términos de dialéctica política interna, representa una afrenta a la prometida "transición pacífica" de poderes entre las dos presidencias y constituye un nuevo capítulo en la lucha entre las viejas y nuevas oligarquías estadounidenses. Geopolíticamente, a mediano plazo, no compromete significativamente el plan de la nueva administración trumpista de un progresivo alejamiento de los Estados Unidos del conflicto (no de Europa – conviene subrayarlo – a la cual se le impondrá la carga bélica mediante un constante aumento del gasto militar).
En segundo lugar, cabe recordar que Ucrania ha estado atacando territorio ruso desde 2022. No hay ninguna "autorización para atacar territorio ruso". Existe autorización para usar armas fabricadas en Estados Unidos para atacar territorio ruso. Además, esta autorización está limitada exclusivamente a la zona de operaciones en la región de Kursk, donde las tropas ucranianas y los mercenarios, tras un avance inicial, se encuentran en una abrupta retirada y próximas a la capitulación. Por lo tanto, tampoco hay autorización para atacar en profundidad el territorio ruso.
A este respecto, es importante recordar que la operación en Kursk fue planificada por la OTAN (especialmente por los británicos) por al menos tres razones: distraer a los rusos del Donbás (intento fallido); otorgar a Kiev una herramienta de negociación (intento parcialmente fallido, dado el riesgo de que las tropas ucranianas restantes en el área queden atrapadas en un verdadero caldero); y utilizar la interrupción del suministro de gas que pasa por esa zona para presionar a algunos países europeos reticentes (especialmente Hungría, Eslovaquia y, de manera indirecta, Alemania e Italia).
En general, la iniciativa en Kursk, a pesar de la opinión de ciertos expertos en estrategia militar (que, desde 2022, para ser justos, no han acertado una sola vez), ha resultado ser un fracaso sustancial. La decisión de Estados Unidos no es un enésimo "punto de inflexión en el conflicto". Y en términos militares no tendrá efectos en sus resultados finales. Es, sencillamente, un nuevo acto de guerra contra Europa. Esto, pese a las declaraciones de principios y de propaganda, no desagrada en absoluto a la nueva administración Trump, que considera a Europa y a China como sus principales rivales.
Hablo de "mediano plazo" porque las primeras medidas de la nueva administración estarán dirigidas al frente interno. En este sentido, el nombramiento de Elon Musk y Vivek Ramaswamy (otro personaje que considera a Israel una "nación divina") en el Departamento de Eficiencia Gubernamental estará completamente orientado al recorte del gasto público. En otras palabras, hablamos de despidos masivos. Curiosamente, esto lo llevará a cabo el mismo Musk, que durante años se benefició de subsidios estatales.
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