"El totalitarismo blando ha triunfado"

 Was ist Totalitarismus? Politische Projekte mit dem Potenzial totaler  Kontrolle — der Freitag


por Klaus Kunze 

http://klauskunze.com/blog/2024/07/13/der-sanfte-totalitarismus-hat-gesiegt/

Un obituario para la democracia liberal

Los autores Kolja Zydatiss y Mark Feldon llegan a esta devastadora conclusión para el "Occidente libre" en su nuevo libro Interregnum - Was kommt nach der liberalen Demokratie? (Langen-Müller 2024, ISBN 978-3-7844-3706-4). En su mordaz condena del hiperliberalismo, coinciden con la crítica de la derecha (Klaus Kunze, Staatsfeind Liberalismus, 2022), pero la superan en sus sombrías predicciones para el futuro: ya no dan una oportunidad a la verdadera "patología del liberalismo de izquierdas" (p.307) en el futuro y se preguntan en voz alta sobre lo que vendrá después.

Lo más destacable de su libro es que los autores no son en absoluto de derechas. Zydatiss es el portavoz sociopolítico del instituto de debate liberal "Freiblick-Institut". No dejan lugar a dudas sobre su simpatía por las ideas de un liberalismo "ideal". Su horror surge del amor decepcionado: "Liberalismo, ¿qué ha sido de ti?

Los autores esbozan primero con suficiencia una autoimagen idealizada del liberalismo, para después despedazarlo sin piedad a partir de la "democracia liberal realmente existente" (p. 15). Bajo el epígrafe "Historia de la decadencia", hacen referencia a Norbert Bolz y Arnold Gehlen. Según la bibliografía, también conocen el tratado de Panajotis Kondyli sobre el "conservadurismo". Esto les proporciona herramientas suficientes para reconocer las razones más profundas que han allanado el camino para que "paraciencias como las matemáticas antirracistas", la "filosofía queer", la ciencia climática anticapitalista" o la "jurisprudencia crítica" entren en nuestros ministerios (p. 18 y ss.).

La patología del liberalismo incurable

Trazan un camino del liberalismo "de la utopía a la decadencia" y no dejan síntoma sin mencionar. Su diagnóstico es devastador: ¡incurable! Los herederos ya están en el lecho de muerte: los autoritarios sociales, el neofascismo y, esperando entre bastidores, la nueva élite de "expertos" y burócratas que ya no están legitimados democráticamente.

Los autores hacen un amplio recuento de la historia del liberalismo. Sin embargo, su análisis de por qué las ideas de libertad personal e igualdad civil pudieron convertirse en un régimen de creciente privación de derechos se queda decididamente corto.

Cada vez hay más dudas de que los instrumentos políticos convencionales -las protestas o las elecciones- puedan seguir produciendo cambios notables. Especialmente cuando se trata del clima, el islam y la migración, el único rumbo que queda parece ser el que rechaza la gran mayoría de la población. Los libros críticos con la migración se venden por millones, los partidos y políticos populistas ganan elecciones y forman gobiernos, cientos de miles de personas salen a la calle... y todo sigue igual. Aunque algunas cosas sí cambian. Por ejemplo, el alcance de lo que todavía se puede decir sin ser despedido, prohibido, condenado o incluso encarcelado.

Zydatiss / Feldon, Interregnum, p.300 f.

La burocracia de la UE está trabajando en monstruos reguladores cada vez mayores como la Ley de Servicios Digitales -desde nuestro punto de vista constitucional, esto es absolutamente inaceptable y "esencialmente totalitario".

La "Ley de Autodeterminación", la "Ley de Aplicación de la Red" y otras normativas están sustituyendo a la libertad de expresión liberal, antaño garantizada sin fisuras. Los autores mencionan los fenómenos individuales, pero sin llegar a sus causas estructurales. Reconocen correctamente que la ambigua palabra liberalismo no es sólo un sinónimo de la llamada forma pluralista de sociedad y de su sistema de gobierno, la "democracia parlamentaria". En primer lugar, sin embargo, el liberalismo a pesar de su larga e indiscutible hegemonía, el liberalismo es una ideología como el comunismo o el fascismo [y no es] necesariamente el punto final natural de la evolución social y política humana.

Zydatiss / Feldon, p.334 y ss.

Su "forma de intensificación" es el hiperliberalismo. Conduce a un liberalismo utópico sin límites, que disuelve sus propias condiciones previas y allana así el camino para el declive final de la civilización occidental, un nuevo totalitarismo o algo totalmente distinto. Es mucho lo que está en juego".

Zydatiss / Feldon, p.334 y ss.

El libro se habría beneficiado de una reflexión más profunda sobre por qué un hiperliberalismo extremista pudo desarrollarse a partir del inofensivo concepto de valor de "liberal", al igual que un socialismo inhumano se desarrolló a partir del eufónico "social". Todo concepto absolutizado de valor conduce al dominio coercitivo si se eleva a la norma única de una idea utópica. Todo concepto de valor y todo principio de valor nace con una pretensión de unicidad. Si no se tratan los principios de forma pragmática y no se sopesan con otros, el  totalitarismo es inevitable.

El camino desde el estado de la Ley Fundamental hasta un nuevo totalitarismo de actitud ya ha sido objeto de numerosos análisis (aquí:


Totalitarismus kommt auf leisen Sohlen, Vom Staat des Volkes zum Gesinnungsstaat,

ISBN 978-3-98987-001-7,publicado por Die Deutschen Konservativen, Hamburgo).

Contrariamente a la vieja leyenda liberal de que el liberalismo no es más que una falta de ideología, la ideología liberal ha sido examinada y analizada a fondo por diversos autores. El hecho de que incluso el eslogan "¡Ninguna libertad para los enemigos de la libertad (liberal)!" abra la puerta del campo a la falta de libertad ya muestra la naturaleza contradictoria del dogmatismo liberal en sí mismo.

Represión inherente al liberalismo

La represión interna es innata al Estado liberal. Si ya no puede encontrar un enemigo fuera, lo busca dentro, y si eso no ayuda, actúa agresivamente hacia fuera. Zydatiss y Feldon describen en muchas páginas la fenomenología de la creciente represión de las opiniones disidentes.

Si el hiperliberalismo sigue siendo hegemónico, sólo tendrá éxito si refuerza las tendencias represivas.

Zydatiss / Feldon, p.330.

Los autores no ofrecen una explicación coherente de las razones estructurales por las que la "democracia liberal" es cada vez más represiva. Los lectores pueden formarse su propia opinión a partir de planteamientos dispersos: Las sociedades de inmigración liberal de los antiguos países industrializados prósperos ejercen una fuerte atracción sobre las personas de todo el mundo que atraviesan tiempos difíciles. Sin embargo, su pluralismo interno, que tiende al caos, las hace inestables: "Las sociedades diversas no son, contrariamente al mantra central, "fuertes". Más bien son tribalistas e inestables (Zydatiss / Feldon, p.117).

Por lo tanto, cuantos más elementos heterogéneos acepte un Estado que lo rechace en principio, más deberá aumentar la represión por ley.

Con la creciente deconstrucción de las fuentes clásicas y cristianas, el liberalismo crea el Estado original hobbesiano, el conjunto de individuos incondicionales, del que en realidad quería escapar. Y en una amarga ironía final, el liberalismo hace que el hombre se dé cuenta de que cada vez se necesitan más leyes, autoridades y represión para controlar un sistema que originalmente se propuso limitar el poder del Estado, atarlo mediante la separación de poderes y la constitución.

Zydatiss / Feldon, p.71.

Perspectiva

Los autores dedican la mitad de su libro a las "antípodas del hiperliberalismo", formas de gobierno predominantemente autoritarias y de dudosa legitimidad democrática. Hoy en día, Estados como Singapur se gestionan de forma semidictatorial. Una autoridad que regula todos los ámbitos de la vida sabe lo que es mejor para los singapurenses. Lo soportan porque les hace sentirse bien.

Para los autores, no cabe duda de que el liberalismo está destruyendo cada vez más las condiciones mentales previas sobre las que se sustenta: ciudadanos responsables y autosuficientes. En el "Monstrum sui generis" (como Pufendorf llamó en su día al Sacro Imperio Romano Germánico) de la Unión Europea, la mayor parte de las normativas y decisiones ya no están respaldadas democráticamente. No existe una cadena democrática de legitimación que llegue hasta la burocracia de la UE. Sin embargo, en su clarividente visión del futuro y su extensa descripción de los herederos potenciales del socialismo, los autores podrían haber encontrado lo que buscaban en Ernst Jünger:

Vivimos en un estado en el que los viejos lazos se han perdido hace tiempo, en resumen, en un estado de anarquía. No cabe duda de que este estado exige un cambio. Sin embargo, las opiniones difieren en cuanto a los medios para crear una nueva estabilidad. Si dejamos de lado a los mauritanos, que desarrollan una práctica según la cual se debe florecer en la anarquía y a través de ella, quedan dos grandes escuelas, una de las cuales quiere orientar la vida hacia abajo, la otra hacia arriba.

Ernst Jünger, Heliópolis, 1950, p.175.

Jünger incrustó su pronóstico en una trama novelesca con lugares y nombres ficticios. En su clarividencia, mencionó el "Estado insecto" total y antidemocrático como uno de los dos futuros posibles en el manuscrito que completó en 1949:

El primero, reunido en Heliópolis en torno al alguacil y su oficina central, se apoya en las ruinas y las hipótesis de los antiguos partidos populares y planea el gobierno de una burocracia absoluta. El vacío es simple: considera al hombre como un ser zoológico y ve la tecnología como el medio que da forma y poder a este ser, y también lo mantiene bajo control. Es un instinto que se intensifica en lo racional. En consecuencia, su empeño apunta a la formación de estados inteligentes de insecto. El vacío está bien cimentado tanto en lo elemental como en lo racional, y ahí reside su poder.

Ernst Jünger, Heliópolis, 1950, p.175.

Jünger describió la otra posibilidad y una posible salida de la siguiente manera:

"La segunda escuela es la nuestra; está fundada sobre las ruinas de la antigua aristocracia y del partido senatorial y está representada por el procónsul y el palacio. El alguacil quiere elevar un colectivo a un estado fuera de la historia; nosotros luchamos por un orden histórico. Queremos la libertad del hombre, su naturaleza, su espíritu y su propiedad, y el Estado sólo en la medida en que estos bienes deban ser protegidos. De ahí la diferencia entre nuestros medios y métodos y los del alguacil. Él depende de la nivelación, de la atomización y de la igualación del tronco humano, en el que debe prevalecer un orden abstracto. Con nosotros, en cambio, el ser humano debe ser el soberano. El alguacil lucha por la perfección de la tecnología, nosotros luchamos por la perfección del hombre.

Ernst Jünger, Heliópolis, 1950, p.176.

Hay que reconocer que con estas palabras, Jünger se mostraba un poco - liberal: liberal primario.

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