UE. La situación de las cosas
Andrea Marcigliano
https://electomagazine.it/ue-lo-stato-delle-cose/
Orbán, Fico y el checo Babi, se mantienen al margen. No quieren participar en el mega financiamiento a Zelensky para continuar la guerra, ya perdida, contra Rusia.
Dinero desperdiciado, lo ha calificado Orbán, con la franca, y brutal, sinceridad habitual.
Sí, dinero desperdiciado. Sin embargo, la Unión insiste en echarlo, a manos llenas, en el incendio ucraniano. En regalárselo – porque se trata de un regalo – al régimen más corrupto de Europa. Fingiendo ignorar el despilfarro de los oligarcas de Kiev, que envían al pueblo a la masacre, pero que se deleitan con muchas, repentinas e inmerecidas, subvenciones. Y las letrinas de oro son solo una pequeña parte de tanta, arrogante, rapiña.
Es, sin embargo, interesante notar que Hungría, Eslovaquia y la República Checa se mantienen al margen. Orbán ha sido muy claro. Y extremadamente duro. Dar aún más dinero a Ucrania es una locura, inútil y delirante.
La Unión Europea, por tanto, también se ha roto formalmente. Y eso es solo una primera señal. Porque el malestar crece cada vez más en otros países. No solo en Europa del Este, dado las posiciones, cada vez más diferenciadas, de España y Bélgica.
Bruselas, y sobre todo Alemania y Francia, han intentado salvar lo salvable. Los miles de millones para Zelensky no vendrán de los depósitos rusos congelados en Europa. Lo que habría hecho estallar la situación y llevar a una crisis financiera sin precedentes. Como advirtió la misma Lagarde del BCE.
Sin embargo, son fondos, y muchos, que se gastarán a costa, y en total detrimento, de los pueblos europeos. Que tendrán que pagar un precio muy alto con una reducción espantosa de los servicios, de la salud, de los salarios y de las pensiones.
Y todo esto solo para financiar a Zelensky. Y para permitir que von der Leyen continúe con su política locamente belicista. También para ocultar la corrupción de su Comisión. Y, por supuesto, la suya propia.
Una carga que muchos pueblos europeos no están dispuestos a aceptar pasivamente.
Manifestaciones, auténticas revueltas populares, se reportan en Bruselas, París, en toda Francia y en muchos otros países, desde Grecia hasta Alemania.
Alemania, donde Merz intenta buscar alguna argucia jurídica para eliminar a la AfD, el partido nacionalista que ya ha conquistado toda el este. Y que también avanza masivamente en los Länder occidentales.
Y la AfD está absolutamente en contra del conflicto con Rusia. Al contrario…
Por supuesto, en nuestros medios no se menciona nada de esto. Italia y los italianos son mantenidos en una especie de sopor drogadicto. Y desinformados.
Mientras tanto, Meloni sigue tanteando entre Washington y Bruselas. Hace como Trump y von der Leyen. Básicamente incapaz de tomar una decisión clara. Lo que le podría costar muy caro en primavera.
Y, sobre todo, lo que ya les está costando muy caro, demasiado caro, a los italianos. Donde aún gran parte de la opinión pública parece estar dormida. Atontada e inconsciente.
La única esperanza son las crecientes protestas de los agricultores.
Ojalá, precisamente, sea un primer signo de despertar.
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