Pier Paolo Pasolini, el profeta inaudito



Ilaria Bifarini

https://ilariabifarini.com/pier-paolo-pasolini-un-profeta-inascoltato-2/

Entre los temas del bachillerato destaca un fragmento de Pier Paolo Pasolini, una figura controvertida y todavía poco comprendida, salvo de manera superficial, según una lectura conformista. El intelectual polifacético y versátil, el poeta de Casarza fue el primero en prever y denunciar públicamente lo que sería la llegada del neoliberalismo, a través de la dictadura sutil y engañosa de la sociedad de consumo.

En Estados Unidos, el consumo masivo ya se afirma a finales de la Primera Guerra Mundial, para absorber el excedente de producción de la industria bélica. La característica distintiva de este modelo es el incremento del gasto en bienes superfluos e innecesarios. El motor económico es la producción en masa, estandarizada, mecanizada y dirigida al gran público, la masa precisamente, la misma que participa en la producción. El trabajador, cada vez más alienado por la automatización, en su tiempo libre desempeña el papel de consumidor activo y consciente, que lo legitima como individuo y por el cual está dispuesto a endeudarse. El sustrato sociocultural estadounidense representa un terreno fértil para el triunfo de la ideología consumista.

Aunque con algunos decenios de retraso, Italia no es inmune a este fenómeno perverso, basado en la inducción de necesidades siempre nuevas para alimentar el consumo de bienes producidos en un ciclo continuo, que no contempla interrupciones o desviaciones para la saturación o satisfacción de las necesidades materiales; el mito y la idealización del modelo estadounidense se asientan, desde el postguerra, en el imaginario colectivo del país.

Sin embargo, hay que distinguir entre lo que sucede en Italia y en otros países, porque, como sostiene Pasolini, mientras en el extranjero — en particular en Estados Unidos —, el suelo socioeconómico es fértil y natural para una historia nueva y sin raíces antiguas, en Italia, la creencia consumista asume rasgos de violencia. Como una «catástrofe antropológica», trastoca un sistema ideológico basado en tradiciones culturales y participación social para virar hacia un modelo estandarizador, nivelador hacia abajo, hacia aquella homogenización que impone el consumismo.

El escritor y director de origen boloñés, que vivió mucho tiempo en Roma en estrecho contacto con los ambientes populares, con ese mundo de los excluidos, representado en sus películas y en los «Escritos corsarios» (1975), denuncia esta nueva ideología en auge como un auténtico fascismo, entendiendo con ello la prepotencia del poder. Detrás de una falsa y aparente tolerancia, en realidad oculta una intolerancia sutil y despiadada, una permisividad concedida desde arriba y revocable en cualquier momento por el poder.

En cierto momento, el poder necesitó un tipo diferente de súbdito, que fuera ante todo un consumidor. 

Sin necesidad de golpes de Estado ni dictaduras militares, se impone un Poder sin rostro, que impone una uniformidad cultural y antropológica de tipo interclasista, donde desaparece toda chispa de conciencia de clase. A través del hedonismo del consumo y una falsa promesa de bienestar accesible a todos, en nuestro país se lleva a cabo un genocidio cultural y una colonización de las almas: el nuevo modelo es interiorizado completamente por la población, hasta producir una mutación antropológica. A diferencia del fascismo mussoliniano, que preveía una irregimentación superficial y escenográfica, para Pasolini, la sociedad del consumo masivo afecta a los jóvenes no solo en sus comportamientos, sino también en sus pensamientos, en su imaginario, en lo más profundo de su ser. “Los pobres y los sin poder ya no aspiran a tener más riqueza y poder, sino a ser en todo y en todos como la clase dominante”, que se ha convertido cultural y socialmente en la única clase existente.

La obra tardía de Pasolini, realizada unos años antes de su muerte, es un análisis lúcido y conmovedor, un grito de alarma que quedó sin escuchar y subestimado por los intelectuales de la época, especialmente los de izquierda, a quienes se dirige el escritor.

“Profetizo la época en la que el nuevo poder utilizará sus palabras libertarias para crear una nueva homogeneización, una nueva Inquisición, una nueva conformidad, y sus clérigos serán clérigos de izquierda.”

Anticipándose a los tiempos, impulsado por sensibilidad artística y un profundo conocimiento de la cultura popular, las costumbres y tradiciones locales, que la sociedad de consumo masivo y sus poderosos medios de comunicación pronto barrerían, Pasolini predice la llegada del actual neoliberalismo. Una teoría completamente, tan poderosa como una religión, basada en una matriz económica, con una superficie seductora y brillante del consumismo, detrás de la cual se oculta un poder sin rostro, represivo y totalitario.

Más allá de la versión oficial, las verdaderas motivaciones de su asesinato siguen envueltas en el misterio.


Commentaires

Posts les plus consultés de ce blog

Adiós, Zelensky

El nuevo mundo de las potencias, de Gérard Dussouy

Alemania: elecciones en tiempos decisivos.