El enfrentamiento entre China y Estados Unidos: una batalla de titanes entre Maquiavelo y Sun Tzu
por Franck Ntasamara
Hoy, el mundo presencia una confrontación geopolítica sin precedentes entre Estados Unidos y China, dos superpotencias que se enfrentan no solo en el plano económico, militar y tecnológico, sino también en la forma en que conciben y llevan a cabo la guerra y la política. No es solo un enfrentamiento entre dos naciones, sino una lucha ideológica y estratégica que enfrenta dos visiones del mundo profundamente arraigadas en las teorías de la guerra y el poder: la de Maquiavelo y la de Sun Tzu. Si tuviéramos que imaginar esta batalla, sería un duelo entre el instinto de supervivencia inmediato de Estados Unidos y la estrategia a largo plazo de China. Pero, ¿quién saldrá victorioso a largo plazo?
Maquiavelo y la estrategia del poder a corto plazo: La visión de Estados Unidos
Uno de los principios fundamentales del pensamiento maquiavélico, como lo expuso Nicolás Maquiavelo en El Príncipe, es que el soberano, o el Estado, debe estar dispuesto a hacer lo que sea necesario para mantener su poder. El objetivo principal es garantizar su posición y control, incluso si eso implica acciones brutales y sin escrúpulos. Maquiavelo no teme cometer errores tácticos, siempre que estos sean corregidos rápidamente y con eficacia. Estados Unidos aplica en gran medida esta filosofía en su política internacional: acción inmediata, intervención rápida en crisis y la voluntad de no dejar que el adversario tome la iniciativa.
El poder militar y el uso de la fuerza están en el centro de este enfoque. Ya sea en las intervenciones en Irak o Afganistán, o en las sanciones económicas contra países como Corea del Norte o Irán, Estados Unidos ha demostrado con frecuencia su voluntad de reaccionar de inmediato ante cualquier amenaza, con la idea de que el fracaso no es una opción, y que cualquier error puede corregirse en el acto.
Este enfoque también se refleja en la postura de Estados Unidos frente a China. La agresión comercial, las sanciones y los bloqueos tecnológicos son respuestas directas al ascenso chino. Según una lógica maquiavélica, Estados Unidos busca mantenerse en una posición de dominio a toda costa, incluso si eso provoca conflictos comerciales o militares. Los errores en estas estrategias no son considerados derrotas irreparables, sino incidentes que deben corregirse rápidamente con otras medidas contundentes.
Sun Tzu y la estrategia a largo plazo: La visión de China
Por otro lado, China parece encarnar la filosofía de Sun Tzu, autor de El arte de la guerra. Sun Tzu aboga por un enfoque más paciente y calculado, donde la victoria no se logra mediante una confrontación violenta, sino explotando las debilidades del adversario y utilizando los recursos de manera estratégica y sostenible. El tiempo, en esta perspectiva, es un aliado, no una restricción. La estrategia de Sun Tzu se basa en la idea de que el fracaso no está permitido y que una victoria duradera solo puede alcanzarse con una preparación minuciosa y manipulando los factores geopolíticos a largo plazo.
Un principio fundamental de Sun Tzu es ganar sin luchar. Esto implica no solo una dominación indirecta, sino también una influencia suave y discreta, como muestra el enfoque chino respecto a sus relaciones económicas con el resto del mundo, en particular el plan de la Franja y la Ruta (Belt and Road Initiative, BRI). Estas iniciativas permiten a China desmantelar gradualmente la influencia estadounidense en regiones estratégicas sin recurrir a un enfrentamiento militar directo.
China parece haber integrado las enseñanzas de Sun Tzu en todos los niveles de su política exterior. En lugar de arriesgar una guerra abierta con Estados Unidos, emplea una estrategia de paciencia, reequilibrio económico y diplomacia. No busca provocaciones militares, sino fortalecer su influencia global mediante palancas económicas, tecnológicas y diplomáticas.
La batalla de las estrategias: Corto plazo contra largo plazo
La gran ventaja de la estrategia maquiavélica de Estados Unidos es su rapidez de acción. Frente a una amenaza inmediata, Estados Unidos dispone de medios para reaccionar con una fuerza militar y económica que supera a la de cualquier otro país (sobre el papel). Esto le permite mantener una posición de dominio en contextos donde la acción inmediata es crucial, como en conflictos militares o crisis geopolíticas urgentes.
Sin embargo, esta estrategia también conlleva grandes riesgos, especialmente en lo que respecta a las repercusiones a largo plazo. Si se comete un error, puede ser difícil de remediar. Las sanciones económicas, los conflictos militares y la violencia diplomática pueden tener profundas consecuencias para la estabilidad geopolítica y económica. Además, este enfoque no siempre tiene en cuenta las evoluciones a largo plazo: Estados Unidos puede terminar en una situación en la que esté enfrentándose a China sin haber previsto las repercusiones globales de esa guerra a largo plazo.
Por otro lado, China, siguiendo los principios de Sun Tzu, parece tomarse el tiempo para observar y calcular los movimientos, en una estrategia que no solo se centra en ganancias inmediatas, sino en una dominación duradera. La paciencia estratégica de China, que ya ha demostrado su capacidad para construir alianzas durante años, dominar mercados y extender su influencia diplomática, podría permitirle salir victoriosa de un enfrentamiento a largo plazo.
Una batalla de percepciones: ¿Quién tiene razón?
A medida que esta confrontación se desarrolla en el escenario mundial, persiste la pregunta: ¿quién ganará? ¿El pragmatismo inmediato de Maquiavelo o la sabiduría a largo plazo de Sun Tzu? Parece que China, con su estrategia sutil y controlada, tiene ventaja a largo plazo, porque ha entendido perfectamente la importancia de un enfoque integral que tenga en cuenta no solo las amenazas actuales, sino también los factores a largo plazo. En una era marcada por la globalización y la interdependencia, la resiliencia y la estrategia suave suelen ser más efectivas que el uso de una fuerza bruta que, aunque “eficaz” a corto plazo, puede conducir al aislamiento y la inestabilidad a largo plazo.
Ahora que el conflicto sino-estadounidense parece inevitable, es crucial entender que esta confrontación será una lucha entre dos visiones del mismo mundo: la dominación maquiavélica occidental, en la que todo está permitido, contra la paciencia estratégica del Sur global de Sun Tzu. La historia nos dirá qué modelo resistirá la prueba del tiempo.
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