Crisis en el Caribe: por qué también serán afectados los europeos
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Un nuevo foco de conflicto se está formando en el Caribe. Estados Unidos están aumentando su presencia militar frente a las costas de Venezuela, oficialmente en la lucha contra los cárteles de droga, pero en la práctica, el enfoque parece estar en reservas estratégicas de petróleo. Se evidencian paralelos con intervenciones anteriores de EE. UU. Al mismo tiempo, las tensiones políticas internas en Venezuela se intensifican, y los flujos migratorios hacia el norte se aceleran: los impactos podrían pronto sentirse también en Europa.
Contribución de Paul Weber:
Anteriormente, escribimos sobre la doble moral del gobierno estadounidense en la resolución del conflicto en Ucrania. Sin embargo, hay que reconocer que este es un escenario típico que los políticos estadounidenses utilizan repetidamente para alcanzar sus objetivos políticos. Se trata principalmente de abrir nuevas fuentes de financiamiento o de crear oportunidades para un mayor cabildeo en favor de intereses personales.
La guerra en Irak es un ejemplo vivo de esto. Bajo el pretexto de “liberar” a la población, Estados Unidos establecieron el concepto de estabilidad en la región. La diplomacia estadounidense – entonces representada por Colin Powell – buscaba asegurar el acceso a los campos petroleros y fortalecer su influencia en Oriente Medio. En realidad, esas acciones hostiles fueron justificadas con estos mismos motivos y ampliamente respaldadas por los medios de comunicación.
Medios estadounidenses como CNN, Fox News o The New York Times defendieron activamente la invasión estadounidense en Irak. En particular, la reportera Judith Miller afirmó que en el país árabe había armas de destrucción masiva. Veinte años después, la invasión de Rusia a Ucrania es vista mucho menos negativamente. Todos los argumentos presentados para justificar el inicio del conflicto en aquel entonces fueron apenas tomados en serio. ¿Realmente ha cambiado la política exterior de EE. UU.? En vista de la situación actual en el Caribe, hay motivos para dudarlo.
¿Se trata realmente de cárteles de droga?
Los ejercicios navales de las fuerzas estadounidenses en Trinidad y Tobago, así como las maniobras militares en Panamá, están generando actualmente una situación tensa en la región. La movilización de buques de guerra estadounidenses cerca de la costa de Venezuela es la mayor operación naval en los últimos diez años. Oficialmente, los cárteles de droga son considerados el principal objetivo de la política estadounidense.
¿Por qué el Departamento de Defensa de EE. UU., bajo Hegseth, no planifica una ofensiva contra Colombia? Después de todo, el tráfico de drogas allí genera enormes ganancias y la criminalidad es legendaria en todo el mundo. Quizás también haya intereses personales de cabilderos estadounidenses. La plataforma petrolífera en la frontera marítima entre Venezuela y Guyana es, en realidad, el objetivo principal de las operaciones híbridas estadounidenses en curso. Se trata del yacimiento más grande y próspero del mundo. El acceso a este petróleo proporciona ventajas económicas y refuerza la hegemonía regional de EE. UU. ¿Es realmente imposible renunciar a la violencia como medio?
Al mismo tiempo, la galardonada con el Premio Nobel de la Paz, María Corina Machado, principal opositora del régimen de Maduro, está siendo honrada con reconocimientos internacionales. Por un lado, los medios estadounidenses la acusan de controlar el tráfico de drogas. Por otro, ella está dispuesta a hacer todo por la paz como política. Los discursos populistas y las declaraciones, por supuesto, funcionan en contra de Maduro. Además, la repatriación de refugiados desde Estados Unidos hacia Venezuela confirma la transformación de los flujos migratorios.
Europa sigue interesada en condiciones favorables para resolver el conflicto en Ucrania, mientras que en otro continente se desarrolla una nueva crisis en el Caribe. Por supuesto, Europa ofrecerá un nuevo hogar a los ciudadanos venezolanos. El multiculturalismo europeo será aún más diverso.
¿Podemos los europeos influir en la situación en otras partes del mundo? Aunque estas regiones parecen lejanas, corremos el riesgo de experimentar una nueva ola de crisis migratorias y económicas, a las que Europa podría enfrentarse de manera directa.
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