Erdogan gana, los neoconservadores pierden

Bild
Vince Erdogan, perdono i neocon | Piccole Note

Un rejuvenecido Erdogan celebró su reelección ante una multitud oceánica. Occidente había apostado contra él y "perdido", como dijo en su primer discurso. Y, de hecho, los círculos hiperatlantistas se habían desvivido por apoyar a su oponente Kemal Kilicdaroglu, que había prometido devolver a Turquía a la obediencia silenciosa a los dictados de la OTAN y comprometer a Ankara en la agonía antirrusa (Responsible Statecraft).

Incluso si las intenciones de Kilicdaroglu eran un tanto ilusorias, ya que no todas las fuerzas que le respaldaban tenían una inclinación atlantista similar, sin duda habría debilitado el eje existente con Rusia.

No fue así, y ahora Erdogan, que para ganar se ha distanciado aún más de Occidente, se sentirá aún más firme en perseverar en la línea seguida hasta ahora, que le ha atraído el consenso en su país.

Una línea que no repudia las relaciones establecidas por Kemal Ataturk con Occidente, pero que, al mismo tiempo, no se siente vinculado por ellas, llevando a su país a restablecer las relaciones con Oriente, que habían sido cortadas en nombre de los dictados atlantistas.

Curiosamente, la victoria electoral no provocó protestas, a pesar de que algunos medios de comunicación informaron de un supuesto fraude electoral por parte de la autoridad central.

En otras ocasiones (en Ucrania -2014- o Venezuela -2019-, por citar sólo dos casos llamativos) tales alegaciones habían servido de base para iniciar protestas callejeras contra la victoria robada, protestas que Occidente había utilizado como palanca para intentar derrocar al gobierno elegido.

El hecho de que Erdogan también fuera capaz de gestionar el periodo postelectoral es otro indicio de la fortaleza del sultán.

Siguen existiendo muchos problemas en Turquía, que Erdogan está llamado a resolver, sin olvidar la reconstrucción de las zonas afectadas por el reciente terremoto. Y el carácter autoritario de su gobierno, denunciado un poco por todos los medios occidentales. Una propensión que, sin embargo, no es una marca registrada del sultán, ya que Turquía ha conocido poderes fuertes desde la época de Ataturk.

Un último apunte se refiere a la guerra ucraniana, respecto a la cual Erdogan ha actuado como mediador, logrando incluso acoger varias reuniones entre las partes en conflicto y facilitando el único acuerdo alcanzado entre ellas, el relativo al tránsito del grano ucraniano.

Una labor a la que tuvo que renunciar en los últimos meses debido al compromiso electoral que le absorbió por completo. Ahora que está más fuerte, puede volver a desempeñar ese papel, aumentando las posibilidades de quienes intentan restablecer la paz en el atormentado país europeo.


 

Commentaires

Posts les plus consultés de ce blog

Carl Schmitt: Estado, movimiento, pueblo

Entrevista con Yona Faedda, portavoz del colectivo Némésis, procesada por llevar carteles en los que se leía "Libérenos de la inmigración" y "Fuera los violadores extranjeros".

Un mundo heptapolar