Páginas rusas, por Robert Steuckers.





Les éditions du Lore, 396 p. 2022.

Autor:
Robert Steuckers es, en particular, el cocreador de "Synergies européennes", donde defiende las tesis de un nacionalismo anticapitalista paneuropeo. Intérprete, activista identitario y políglota, este intelectual de gran cultura, especialista hiperactivo en geopolítica y en los países de Europa del Este, es un hombre perfectamente integrado en la vida política occidental, gracias a su dominio de numerosas lenguas europeas. Ha publicado varios libros y ha participado en numerosas conferencias en nuestro continente.


Contraportada:

"Esta nueva colección de obras de Robert Steuckers será sin duda una autoridad en la cuestión rusa en el sentido más amplio. Los fundamentos del nacionalismo ruso, la germanofobia y la anglofobia en el debate ruso de principios de siglo, los orígenes de la Europa soviética, la genealogía de la derecha rusa, las apuestas geopolíticas pasadas y presentes y las fuentes del Donbás y Siria son, entre otros, los temas abordados. Robert Steuckers también rinde homenaje a grandes figuras como Solzhenitsyn, Rozanov, Tyutchev, Kopelev o incluso Dugin y Parvulesco. El enfoque didáctico del autor permitirá a todos comprender mejor la actual situación mundial en la que Rusia ocupa un lugar destacado.


Extractos:

"La vena eslavófila y la crítica implícita dostoyevskiana (que había fascinado a Nietzsche), el antioccidentalismo religioso y ortodoxo de Leontiev unido a la ideología eurasista, corregidos por Dugin a la luz de la teoría del "gran espacio" de Carl Schmitt, han reinvertido el campo teórico e ideológico en la Rusia actual, injertados en las sugerencias del arabista Primakov, producto puro de las escuelas soviéticas, y en la "cabeza de Vladimir Putin". Ideológicamente, Rusia ha vuelto a ser lo que era antes de 1917, a pesar del paréntesis bolchevique de su historia reciente, el escudo de un conservadurismo sólido, esta vez ni timorato ni reaccionario, ni rígido ni retrógrado, en el mundo de estas tres primeras décadas del siglo XXI. Los deseos de Alexander Solzhenitsyn parecen cumplirse, la obra de un Stolypin resucitado casi un siglo después".

"La propaganda antirrusa de ayer y de hoy forma parte de la estrategia inmixtionista e internacionalista puesta en marcha ayer en Londres, en Washington desde la presidencia de Teddy Roosevelt y el sistema wilsoniano; ha tenido como resultado torpedear todos los trabajos de unificación continental y hacer, a largo plazo, de Europa un enano político, a pesar de su gigantismo económico. La historiografía dominante convierte así a Rusia en el hombre del saco, y esta historiografía es dictada a las agencias de comunicación, a la prensa internacional, por agencias con sede en Londres o Washington. Se trata ahora, en espacios de libertad como el nuestro, de contrarrestar los tópicos siempre recurrentes de esta propaganda y de remitir a otra interpretación de la historia, a una historiografía alternativa, diferente también de la historiografía soviética/comunista (vinculada a la historiografía anglosajona por los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial).

La retórica de los "derechos humanos" hace imposible el ejercicio de la diplomacia clásica; las disensiones internas, que explota a través de los medios de comunicación y las agencias que los informan, ya no encuentran ninguna solución equilibrada, se perpetúan, inaugurando así ciclos de "guerras largas"; Los "derechos humanos", en contra de las apariencias, no han sido elevados al rango de ideología dominante para hacer triunfar el humanismo bueno en todo el mundo, sino para iniciar un proceso infinito de guerras, revoluciones y disturbios. "

"La afirmación de valores populares y solidarios implica automáticamente la designación de sus enemigos, según la fórmula de Carl Schmitt. Identifiquemos hoy tres de ellos: 1) los medios de comunicación formateados por el poder blando estadounidense; 2) la ideología neoliberal, un nuevo universalismo que borra las especificidades populares y las políticas sociales, permitiendo la renovación de las élites (en el sentido en que lo entendieron Gaetano Mosca y Vilfredo Pareto); 3) la ideología festiva que ahoga a los pueblos en el impolitismo".

"Si los campesinos libres de Ucrania y/o de la "Nueva Rusia" lo habían perdido todo durante la koljosización estalinista, no han recuperado gran cosa desde la independencia del país en 1991: tres empresas estadounidenses (Cargill, Monsanto y Dupont) poseen ahora más del 40% de las tierras del territorio de Ucrania."

El Imperio Otomano veía el control de los Balcanes como un paso hacia la conquista de toda Europa, empezando por la "Manzana de Oro", Viena, que sus ejércitos sitiaron en dos ocasiones, en 1529 y 1683. Pero fue en vano. Cada vez, la respuesta fue admirable y no nos convertimos en turcos. El objetivo otomano era remontar el Danubio, de Belgrado a Budapest y de Budapest a Viena, y luego, presumiblemente, de Viena a Linz y al corazón de Baviera, para poner toda Europa bajo su dominio. En la actualidad, Estados Unidos está instalando su principal base militar en el mismo lugar de la victoria otomana de 1389, en Kosovo, desde donde los turcos iniciaron la conquista de Europa.

"Todas estas intervenciones en Eurasia de la hiperpotencia del otro lado del Atlántico corresponden perfectamente a la definición de Carl Schmitt de la injerencia inaceptable de las talasocracias en los asuntos internos de las potencias continentales o costeras. Frente a estas intervenciones/agresiones, pues se trata efectivamente de agresiones en la era de las "guerras cognitivas" o de las "guerras electrónicas", es importante denunciar clara y definitivamente las alianzas militares como la OTAN que nos siguen atando a Estados Unidos, acercarnos a Rusia, crear polos comunes de producción militar-industrial, luchar sin compromiso contra los terroristas locales fabricados a partir de fuerzas tribales suscitadas por los servicios especiales estadounidenses (mafia albanesa, chechena, etc.)".


 

Commentaires

Posts les plus consultés de ce blog

Carl Schmitt: Estado, movimiento, pueblo

Entrevista con Yona Faedda, portavoz del colectivo Némésis, procesada por llevar carteles en los que se leía "Libérenos de la inmigración" y "Fuera los violadores extranjeros".

Un mundo heptapolar