Cuando Alemania empiece a entender a EE.UU.


Yvan Perrin
Ex consejero nacional (Suiza)

Quand l’Allemagne commence à comprendre les Etats-Unis
 
"El ministro de Economía alemán lamentó el miércoles los precios "astronómicos" exigidos por los países "amigos" de Alemania, encabezados por Estados Unidos, para suministrar gas y compensar el fin de los suministros rusos".

Este es el título de un artículo que aparece hoy en la página web 20minutes.ch. Alemania empieza por fin a abrir los ojos a las verdaderas intenciones de Estados Unidos hacia ella y hacia la Unión Europea en general. Al avivar las llamas de la belicosidad alemana hacia Rusia, los estadounidenses han hecho que su aliado dependa del gas. Con el sabotaje de los gasoductos que unen Rusia y Alemania, no hay vuelta atrás; la única salida es que Estados Unidos fije los precios que le convengan. Y eso, evidentemente, no le gusta al Ministro de Economía alemán.

Y eso no es todo, EE.UU. ha hecho mucho más que vender su gas sobrevalorado a un cliente que no puede prescindir de él; ha socavado toda la Unión Europea. Ante las nuevas tarifas del gas, Alemania ha elaborado un plan de 200.000 millones de euros para salvar su economía. Lo hace porque puede permitírselo. Pero Francia e Italia no pueden, endeudadas hasta tal punto que el propio euro está amenazado. Donde los partidarios de la adhesión a la UE ven la solidaridad entre los Estados miembros, sólo existe la lógica del sálvese quien pueda, que prevalece cuando está en juego la supervivencia. Los mismos nos dicen que si Berlín se niega a ser solidario con Suiza en materia de gas es porque hemos rechazado el acuerdo marco.

¡Tonterías! El gobierno alemán tiene que satisfacer a los alemanes antes de pensar en el resto del mundo, nada más normal. Los intereses nacionales se imponen al mito europeo. Los desplantes del presidente de la UE sobre un posible alto el fuego en Ucrania no impresionan a nadie, las preocupaciones están en otra parte. También Ursula von der Leyen, que considera oportuno hinchar el pecho no desde Bruselas sino desde Estados Unidos. Esta es una forma de rendir homenaje a los estadounidenses, un tributo que vincula a quien lo paga con su señor, especialmente en cuestiones militares. El círculo se ha completado, la Unión Europea está en guerra con Rusia, se está debilitando económicamente y, lo que es más grave, políticamente. Todo esto es para el deleite de la Casa Blanca.

Uno espera que Ursula von der Leyen obtenga sus treinta céntimos en forma de numerosos puestos en los consejos de administración de las empresas que están haciendo su agosto con la guerra en Ucrania. Sería lo mínimo que podríamos hacer, ya que fue la peor ministra de defensa alemana desde 1945.

Yvan Perrin, 05.10.2022



 

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