La historia de la hegemonía liberal

 

Raphael Machado

https://novaresistencia.org/2022/06/20/o-fio-da-historia-da-hegemonia-liberal/

Estamos en una era de transformaciones globales. Como en toda época de transición, incluso es posible elegir una fecha como hito en el paso de un periodo a otro, pero el mundo real es siempre mucho más gradual y gris. La época actual se caracteriza por el debilitamiento y el retroceso de la ideología hegemónica (el liberalismo posmoderno) en todas sus dimensiones.

Sin embargo, las distintas dimensiones del liberalismo retroceden a ritmos diferentes según la región del planeta, por lo que sólo podemos obtener una imagen completa observando todo el espectro temático. Ahora comienza una nueva era, pero al igual que la era medieval se siguió sintiendo en gran parte de Europa hasta el siglo XIX (o incluso a principios del XX), todavía pasaremos bastante tiempo (décadas, quizás más de un siglo) luchando contra el liberalismo mientras éste sigue aferrándose a los pueblos del mundo.

Pero veamos las tendencias por campo:

Espiritual: Todas las estadísticas apuntan a un retroceso del ateísmo y la irreligiosidad en la mayoría de las regiones del mundo, con la excepción de algunas partes de Occidente. En estas regiones, mientras se produce un descenso generalizado de los miembros cristianos, los grupos cristianos tradicionalistas van en dirección contraria y muestran una tendencia al alza. Curiosamente, este descenso global del ateísmo no es el resultado del crecimiento de una única religión específica, sino de una miríada de tradiciones espirituales. Incluso en China hay un crecimiento de la religiosidad;

Política: El crecimiento y la expansión de la democracia liberal en todo el planeta parece haberse detenido. Por el contrario, Myanmar, Malí y Afganistán apuntan a una inversión de la marcha demo-liberal. Incluso los países invadidos han fracasado en la consolidación de regímenes liberales y han vuelto a variantes políticas militaristas, autocráticas o incluso tribales. Incluso países de importancia mundial como Rusia empiezan a distanciarse cada vez más del caparazón demo-liberal. La tendencia parece ser el crecimiento de los modelos cesaristas de democracia y de los movimientos populistas;

Geopolítica: Estados Unidos ha perdido su capacidad de imponer unilateralmente su voluntad en todo el planeta. Las instituciones centradas en Occidente han sido cada vez más cuestionadas en una crisis que se ha acelerado desde la pandemia y ha alcanzado su punto álgido con la operación especial militar. Las coaliciones alternativas como los BRICS, la OCX y la OTSC aumentan su importancia. Los lazos occidentales se están debilitando e incluso los países que han sido ocupados por Estados Unidos durante décadas están empezando a distanciarse del atlantismo;

Economía: los dogmas del libre mercado nunca han sido tan cuestionados. Con la excepción de unos pocos países, los procesos de privatización comienzan a revertirse. Las medidas proteccionistas, los programas de obras públicas y las inversiones en infraestructuras vuelven a estar sobre la mesa en casi todo el planeta. La pandemia ha acelerado la tendencia a centrarse en cadenas de producción más cortas y continentalizadas. Ningún modelo único sustituirá al liberalismo económico, los países parecen dirigirse hacia modelos mixtos como el capitalismo de Estado, el socialismo de mercado, el dirigismo y otras formas alternativas que mezclan el socialismo, el cooperativismo, el estatismo y los mecanismos de mercado;

Cultural: El progresismo, confiado en su triunfo, decidió acelerar y radicalizar todas sus agendas, apoyado por las grandes corporaciones, los medios de comunicación, las ONG y algunos gobiernos. A pesar del resurgimiento del discurso posmoderno, Occidente no ha conseguido extender sus tentáculos culturales por todo el planeta y una gran parte de la humanidad sigue sin ser tocada por el discurso. Mientras tanto, incluso en Occidente, Europa e Iberoamérica las tendencias conservadoras y patrióticas parecen crecer o consolidarse.

En resumen, estamos en una época de transición y, obviamente, la elección de un hito cronológico simbólico siempre tiene algo de arbitrario. Pero no, el mundo no volverá a ser como era hace 5 años.