Realidad física, realidad metafísica e hiperrealidad. La trinidad de la realidad.



Tom van Giersbergen

https://reactionair.nl/artikelen/de-fysieke-realiteit-de-metafysische-realiteit-en-de-hyperrealiteit/

¿Qué es la realidad? Esta parece una pregunta extremadamente obvia y lógica y fácil de responder. Sin embargo, no es tan sencillo. Lo que es la realidad, también depende de cómo la experimentemos. ¿En qué estado de ánimo nos encontramos? ¿Experimentamos la realidad directamente a nuestro alrededor? ¿O miramos los acontecimientos del otro lado del mundo a través de la pantalla de la televisión o de la pantalla de un teléfono móvil?

Intentaré hacer una distinción entre tres realidades diferentes y dar mi interpretación de ellas, en términos que espero que todos puedan entender:

    Realidad física: La realidad física es la realidad tangible y directamente visible que nos rodea. Es nuestra vida cotidiana. Son los encuentros con las personas con las que tenemos más contacto. Por ejemplo, en el momento de escribir este artículo, estaba experimentando la realidad física de la siguiente manera: es una soleada y cálida mañana de domingo en algún lugar de Brabante del Norte donde estoy disfrutando de mi desayuno y las personas que más me importan están dentro de mi casa. Es la realidad física en la que oigo toda clase de pájaros diferentes piando afanosamente y en la distancia oigo a un pájaro carpintero martilleando su cabeza en un árbol del parque.

    Realidad metafísica: El segundo estado de la realidad a experimentar es la realidad metafísica. Es menos directo y sólo puede experimentarse de vez en cuando, pero siempre está presente en el fondo, como el sonido lejano de una autopista tras una barrera de sonido. Experimento la realidad metafísica en momentos y lugares especiales. Fui consciente de ello cuando caminaba por el muelle de cientos de metros de largo de un puerto deportivo en algún lugar de la provincia de Zelanda y decidí quedarme en silencio por un momento y mirar por encima del agua, por encima de los yates que se acercaban tranquilamente desde lejos o que acababan de salir en dirección al agua salada. Es también la realidad que experimento cuando visito la iglesia y que sufrí mientras descansaba bajo un sol abrasador en el punto más alto de Comino, la isla más pequeña del archipiélago maltés. La realidad metafísica es esa realidad superior de la que se toma conciencia cuando la cabeza y el corazón se aquietan y el zumbido perturbador de la agitada modernidad se desvanece.

    Hiperrealidad: Es lo que se ha dado en llamar la falsa realidad creada que nos llega a través de los dispositivos electrónicos, a través de los ruidosos titulares, a través de las marionetas de la televisión, de los expertos y expertos entrevistados, a través del ajetreado trabajo de cámara del reportero de turno. Es esta hiperrealidad la que nos mantiene constantemente en modo "huye o lucha". Nos impide relajarnos y ver el panorama general, sino que nos mantiene constantemente atrapados en el engaño del día.

El momento en que tomé conciencia de la existencia paralela de la realidad física y la hiperrealidad fue en el verano de 2020. Después de haber sobrevivido a los primeros meses de la situación coronapánica, poco a poco sentí el alivio de que las "condiciones chinas", como que la gente cayera espontáneamente muerta en la calle, no habían ocurrido. Entonces, durante un fin de semana en la naturaleza, sin el perturbador teléfono inteligente al alcance de la mano que nos mantenía encerrados en el modo de lucha o huida, me di cuenta de lo mucho que se diferenciaban estas dos realidades.

¿Qué necesita un ser humano para ser feliz y estar sano? Y en este caso, ¿qué realidad se necesita para mantener los dos pies en el suelo y la mente sana y clara? Creo que un equilibrio entre la realidad física y la metafísica es indispensable para una mente y un alma sanas. La realidad física para mantenerlo conectado con el presente y lo tangible a su alrededor. Lo metafísico para darle paz y sentido espiritual. Una excursión regular a la experiencia interior de esta realidad metafísica que yo mismo experimento como purificadora, como una cura de desintoxicación para el alma.

¿Y qué pasa con esta hiperrealidad? ¿El engaño del día que nos llega a través de los medios de comunicación, de las campañas de marketing de las multinacionales y de los poderosos actores del gran negocio internacional? ¿Ese molesto ruido entre mis oídos? Puedo echarlo de menos como un agujero en la cabeza.

Commentaires

Posts les plus consultés de ce blog

Carl Schmitt: Estado, movimiento, pueblo

Entrevista con Yona Faedda, portavoz del colectivo Némésis, procesada por llevar carteles en los que se leía "Libérenos de la inmigración" y "Fuera los violadores extranjeros".

Un mundo heptapolar