¿Independencia energética europea? Un sueño inalcanzable por el momento


 
EL QUIMÉRICO PROYECTO DE INDEPENDENCIA ENERGÉTICA DE LA UNIÓN EUROPEA |  Canarias-semanal I Digital informativo de ámbito internacional y  actualización diaria
FUENTE: https://www.bloccostudentesco.org/2022/03/28/bs-indipendenza-energetica-un-sogno-irrealizzabile-al-momento/

Empecemos por desmentir un mito que sigue impregnando el debate. Europa no depende del gas ruso por casualidad, sino por una serie de políticas equivocadas. La prohibición de la energía nuclear en Alemania, la prohibición del desarrollo de los recursos nacionales de gas natural en toda la UE, etc., son acciones que han sido el corolario de un plan masivo y costoso de energías renovables, energías que carecen de un apoyo fiable.

La energía solar y la eólica son necesarias pero volátiles e intermitentes; necesitan la ayuda del gas natural, la energía nuclear y la hidroeléctrica para la seguridad del suministro. Además, la dependencia aumenta durante los periodos de viento débil y poco sol, justo cuando los precios del mercado son más altos. Las pilas tampoco son una opción. Es imposible construir una red de tamaño industrial de baterías enormes: el coste sería prohibitivo y la dependencia de China para construirlas (litio y otros metales raros) sería un problema aún mayor. A los precios actuales, un sistema de almacenamiento de baterías del tamaño de Europa costaría más de 2,5 billones de dólares, según una publicación del MIT Technology Review. Mucho más caro que cualquier otra alternativa. Además, no hay que olvidar que sólo el coste adicional de una red de baterías más la red de distribución y transporte haría subir aún más las facturas de los hogares europeos.

La inflación ya estaba fuera de control en Europa antes de que la invasión de Ucrania fuera siquiera un riesgo, y ante el impacto en los precios y la energía de la invasión de Ucrania, debemos recordarlo:

- Europa ya se encontraba en una crisis energética en 2020 y 2021, con el coste de los permisos de CO2 en aumento y los precios de la electricidad al por mayor alcanzando niveles récord en diciembre de 2021 (para disgusto de los ecologistas y gretinos que salen a la calle estos mismos días contra el clima).

 - Europa no es "dependiente del gas ruso". Es una codependencia, casi una simbiosis. Rusia necesita el continente europeo para exportar y Europa no tiene una alternativa más barata. Recordemos que el gas ruso es mucho más barato que cualquier alternativa realista. Los contratos a largo plazo firmados con Gazprom se cierran a precios que pueden ser hasta diez veces más bajos que algunas de las alternativas que actualmente pregonan los medios de comunicación. Los 150.000 millones de m3 que Europa importa de Rusia pueden ser sustituidos por gas natural licuado procedente de Noruega y del Mar del Norte, de Estados Unidos, de Argelia, de Qatar o de Israel, pero a un coste mucho mayor.

- La única alternativa a Rusia es demostrar que los países europeos tienen fuentes de suministro diversificadas y baratas. Pero si Rusia ve que los gobiernos europeos prohíben progresivamente la energía nuclear, prohíben el desarrollo de las reservas de gas autóctonas, intervienen en las importaciones y añaden enormes impuestos, como el coste del CO2, es normal que sepa que no hay alternativa competitiva y que la industria y los consumidores europeos estarán en jaque durante mucho tiempo debido al aumento del coste de la energía.

- El gas natural fluye continuamente, es barato y abundante. No puede ser sustituida por energías renovables intermitentes, volátiles e imprevisibles. El ejemplo de Alemania es claro: después de haber invertido mucho en energías renovables y de haber duplicado las facturas de los consumidores, ahora depende más del carbón (lignito) y del gas ruso para asegurar su suministro. Alemania tuvo que reactivar las centrales eléctricas de carbón después de gastar más de 200.000 millones de euros en subvenciones y costes para las energías renovables.

- Todas las tecnologías son necesarias, incluidas las renovables, pero no son la alternativa porque necesitan el apoyo del gas natural y porque esta tecnología aún está en pañales. No olvidemos que la instalación masiva de renovables tiene un enorme coste en las redes. ¿Quién bajará las facturas si el coste fijo de las redes se multiplica con los 150.000 millones de euros que se calcula que se necesitan para reforzar las redes de distribución y transporte?

- Todas las alternativas "mágicas" que vende el intervencionismo implican pasar de la dependencia de Rusia a la dependencia de China. ¿De dónde vamos a sacar el silicio, el aluminio, el cobre y el litio necesarios para las enormes inversiones "mágicas" anunciadas?

- La demonización de la energía nuclear (la única energía limpia) ha dejado a Europa en manos de alternativas caras e inestables. La transición energética debe considerarse teniendo en cuenta la importancia de la seguridad del suministro y la competitividad.

- Es absurdo seguir gravando las emisiones de CO2 durante una crisis económica sin precedentes; deshacerse de ellas reduciría las facturas de los ciudadanos.

- Los impuestos fronterizos sobre los productos petrolíferos o el gas natural no gravan a los productores, sino a los consumidores de los países europeos; quien piense que los impuestos anunciados serán pagados por Qatar, los Emiratos Árabes o Brasil tiene un grave problema de comprensión económica.

- Una verdadera transición energética debe ser competitiva, fiable y barata, no una estructura burocrática para recaudar impuestos y saquear a la comunidad. Debe considerar todas las innovaciones tecnológicas: más comercio y menos política; más competencia y menos ideología.

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