¡Meloni y Wilders dejan que los belicistas de la UE implosione!
No tienen ganas de más escalada en Ucrania - Giorgia Meloni y Geert Wilders.
Ahí lo tenemos de nuevo: Ursula von der Leyen, la jefa suprema de Bruselas, quería sacar de la chistera una utopía europea de armamento con 800 mil millones de euros. Pero Geert Wilders se lo ha puesto difícil en los Países Bajos: 73 votos a 71 en contra de su megalomanía. Y lo mejor: tres de cuatro partidos del gobierno, liderados por el Partij voor de Vrijheid (PVV) de Wilders, han dicho que no. ¿Vergonzoso, verdad? Mientras tanto, el primer ministro Dick Schoof asiste a las cumbres de la UE y asiente obedientemente, mientras su propia coalición le muestra la tarjeta roja. Esa es la UE en su máxima expresión: una élite que no tiene nada que ver con sus propios pueblos.
En Italia, Giorgia Meloni ha demostrado aún más coraje. Le ha dicho a Keir Starmer y a su clique belicista británico-francesa: "¡Sin mí!" Esta "coalición de los voluntarios" - ¡qué broma! Bajo la etiqueta de "misiones de paz", se supone que soldados occidentales marcharán a Ucrania, mientras París y Londres tocan los tambores. Meloni ha visto el juego y se ha retirado. Solo está dispuesta a participar cuando se trata de una defensa real, no de esta locura escalatoria.
¿La reacción? Francia y el Reino Unido se comportan como divas ofendidas. Pero Meloni se mantiene firme. Y aún añade más: No ofrecerá apoyo a una resolución de la UE que critique a Donald Trump. ¿Por qué? Porque no es tan tonta como las marionetas de Bruselas, que se enfrentan a los Estados Unidos en lugar de asegurar alianzas. Esa es política con sentido, algo que ya ha desaparecido en Bruselas.
La UE es un zombi
Olvidemos el mito de la "unidad europea". La UE no es Europa; es una máquina burocrática muerta-viviente que succiona naciones y las empuja a conflictos sin sentido. Wilders y su PVV en los Países Bajos suelen desestimar esta situación, Meloni en Italia muestra el dedo medio, y Hungría ya lleva tiempo haciendo lo suyo. ¿Y Alemania? Sigue como un poodle adiestrado, mientras los ciudadanos ven cómo sus impuestos se hunden en el torbellino ucraniano y las fantasías de Von der Leyen.
Esta es la verdad: la UE se desmorona porque ya no tiene nada que ver con la gente. Es un monstruo que devora la libertad y aplasta la soberanía. Meloni y Wilders son solo el principio: los pueblos están hartos de este circo de Bruselas.
Fin de la locura
La guerra en Ucrania es el clavo en el ataúd de la UE. Von der Leyen quiere arrastrarnos a una distopía militar, pero Meloni y Wilders se defienden. ¡Así se hace! La UE no es un bote salvavidas, es un barco que se hunde, y cuanto más rápido se hunda, mejor. Europa no necesita tecnócratas que nos conduzcan al abismo, sino estados libres que piensen por sí mismos.
Alemania debería tomar ejemplo de Meloni y Wilders: salir de la camisa de fuerza de la UE, antes de que sea demasiado tarde. Los ciudadanos no quieren sueños de armamento de 800 mil millones y no quieren belicismo; quieren recuperar sus vidas. Ya es hora de que Berlín se dé cuenta de eso también.
Desafortunadamente, parece que la situación en este país debe empeorar aún más antes de que los alemanes abran los ojos. Se necesitan fuerzas que detengan esta locura de la UE, que tomen en serio las fronteras y devuelvan el país a los ciudadanos, en lugar de seguir vendiéndolo a los fantasistas de Bruselas. El tiempo de los políticos marionetas se está acabando. Se necesita valor y claridad desde hace tiempo.
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