Política energética e inestabilidad en Siria

https://markkusiira.com/2024/12/10/energiapolitiikkaa-ja-epavakautta-syyriassa/
El colapso del régimen de Assad y el hecho de que Siria haya terminado (al menos por ahora) en manos de rebeldes islamistas ha dejado a muchos desconcertados. En un intento de comprender los rápidos acontecimientos, se han propuesto diversas teorías y suposiciones, pero la mayor parte de la información no es más que especulación debido a la falta de hechos concretos.
Hace años se estimó que toda la "guerra civil" en Siria estalló cuando Assad rechazó el proyecto de gasoducto de Qatar y Turquía apoyado por Occidente. Así nació la narrativa repetida por los grandes (falsos) medios sobre una "dictadura brutal", contra la cual la "oposición siria", con sus cascos blancos, luchaba. En esta teoría, Rusia intervino en el juego por sus propios motivos de política energética.
Todo el caos en la región tiene su origen en el programa Timber Sycamore de Estados Unidos, mediante el cual se financió y armó a grupos dispares que luchaban contra el gobierno sirio. Los vasallos de Occidente, como Arabia Saudita, Qatar, Turquía y Jordania, también apoyaron a los rebeldes. El Israel sionista, por su parte, ha atendido a los terroristas que luchaban contra Assad en sus hospitales.
Tras la caída de Damasco el pasado fin de semana, las tropas israelíes avanzaron ansiosamente hacia el interior de Siria. La fuerza aérea del Estado judío ha llevado a cabo más de un centenar de ataques aéreos sobre objetivos militares. El ejército sionista ha destruido cazas, helicópteros, sistemas de defensa aérea y depósitos de armas, alegando preocupaciones de seguridad.
Esta ha sido una de las mayores operaciones ofensivas en la historia de la fuerza aérea israelí. Esta vez, no se dejó equipo militar funcional para el nuevo gobierno, como sí lo hicieron los Estados Unidos al retirarse de Afganistán. Por lo tanto, es probable que los rebeldes islamistas no puedan establecer en Siria ningún emirato al estilo del movimiento Talibán.
Israel no quiere una Siria fuerte y unificada. Más bien, le convendría que la región quedara sumida en la inestabilidad. Siria podría convertirse en una nueva Libia, donde señores de la guerra y diversos grupos luchan entre sí, mientras que cerca de allí, un estado de seguridad extremista judío, con sus asentamientos, expande su territorio. ¿Qué ocurrirá con los proyectos otomanos de Erdogan en este escenario?
Según Arabia Saudita, los sionistas intentan sabotear las posibilidades de los sirios de restablecer condiciones seguras en su país. Irak y Qatar también han condenado las acciones de Israel, pero ¿quién podría frenar concretamente al régimen judío? La administración de Biden afirma que apoya al nuevo gobierno sirio.
Los Altos del Golán, ilegalmente ocupados, son considerados por los sionistas como "una parte inseparable del Estado de Israel". Israel anexó los Altos del Golán sirios en 1981, después de lo cual la empresa energética judío-estadounidense Genie Energy comenzó a perforar en la región en busca de petróleo. El interés de las diversas partes en Siria parece estar relacionado, además de con objetivos geopolíticos, con la política energética y los proyectos de petróleo y gas natural.
Sea cual sea el futuro de Siria, el mandato de 54 años de la familia Assad ha terminado. Nacido en 1965, Bashar al-Assad logró evitar el destino de Saddam Hussein y Muammar Gaddafi y, junto con su familia, obtuvo asilo en Rusia, donde puede disfrutar de una vida de lujo alejada de la política.
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