El rostro abiertamente totalitario de la democracia liberal
por Paolo Borgognone
Fuente: Paolo Borgognone & https://www.ariannaeditrice.it/articoli/il-volto-totalitario-conclamato-della-democrazia-liberale
Dado que el partido AfD (Alternative für Deutschland) ha saltado en las encuestas nacionales hasta el 24%, dado que participa en el levantamiento popular de los campesinos y es probable que se gane la simpatía de muchos manifestantes (aumentando así aún más sus votantes potenciales), y dado que es un partido considerado "euroescéptico" y además "prorruso", ¿qué se ha propuesto hacer una parte del gobierno alemán para oponerse a lo que considera una amenaza política para su existencia? ¿Ser más creíble con sus partidos en las elecciones y vencer a AfD en términos de votos? ¿Cambiar sus políticas para satisfacer las demandas de los agricultores? No. Nada de esto. Algunos ministros alemanes han propuesto utilizar el método Zelensky con la AfD, es decir, el método utilizado por el gobierno ucraniano para tratar con la oposición: disolver los partidos de la oposición.
En el caso alemán, disolver la AfD por la fuerza, proscribiendo así las opiniones y la libertad política del 24% de los votantes alemanes. De hecho, la disolución de AfD supondría, de llevarse a cabo, la inhabilitación inmediata de todos sus miembros electos, el cierre de sus oficinas y la prohibición de reconstituir el partido disuelto bajo cualquier otra forma. La CDU, el partido alemán que más se beneficiaría de una posible disolución de la AfD porque esta última representa su oponente más peligroso en la actualidad y porque los dos (CDU y AfD) se nutren más o menos de la misma cuenca electoral, ya se está regodeando. Más escépticos son los socialdemócratas y los liberales que, por el contrario, apuestan por el divide y vencerás para debilitar a su frente opuesto.
Pero más allá de estos mezquinos juegos políticos entre los distintos actores de la escena alemana, la reflexión que creo que debemos hacernos es: la democracia liberal ha revelado su verdadero rostro, que es, de hecho, un rostro totalitario. Lo que no corresponde a la ideología dominante, es decir, a la ideología de las clases dirigentes, puede prohibirse por decreto. Pero, me pregunto: ¿no fuimos nosotros los que exportamos la democracia al extranjero? La exportamos tanto que aquí ya no queda ninguna. En este caso, sin embargo, las autoridades alemanas, aunque quisieran, no podrán disolver la AfD tan fácilmente.
Un partido con el 24% de los votos no puede ser tratado como un problema de orden público. Es una realidad social de masas, guste o no... disolver la AfD supondría una radicalización inmanejable, para las propias autoridades alemanas, del conflicto social existente en el país. El hecho es que, a estas alturas, a fuerza de abrir de par en par una ventana de Overton tras otra, hemos llegado a un punto en el que prohibir y perseguir lo que no gusta a los gobernantes, simplemente porque no les gusta, ya no se considera un hecho anómalo y antidemocrático impensable hace unos años, sino parte de la llamada nueva normalidad. Esto no me sorprende. Es uno de los productos de la sociedad del capricho. Si algo no me gusta y tengo dinero para permitírmelo, me quejo hasta que algún cortesano, para complacerme, me lo quita. Ahora estamos dominados por una pandilla de ricos y caprichosos copos de nieve....
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