La arteriosclerosis política incurable de derechas e izquierdas

por Andrea Zhok
https://www.ariannaeditrice.it/articoli/l-inguaribile-arterosclerosi-politica-di-destri-e-sinistri
Para retomar un camino virtuoso en este país, deben madurar multitud de condiciones, pero mientras tanto podemos empezar por las más básicas.
Para retomar un camino virtuoso en este país, deben madurar multitud de condiciones, pero mientras tanto podemos empezar por las más básicas.
Una
condición previa mínima para entender cualquier cosa sobre el mundo
contemporáneo debería ser el abandono definitivo, completo y sin
vacilaciones ni indecisiones del aparato político de oposición del siglo
XX.
Se produce un colapso sistemático de las
facultades analíticas cada vez que se activan los mecanismos de resorte
de la condena de los "fascistas" en la izquierda y de los "comunistas"
en la derecha.
En cuanto alguien de izquierdas
ve asomar cualquier rasgo que evoque los esquemas 'antifa', se activa
todo el aparato de reacciones de resorte relacionadas (¡racistas!
¡xenófobos! ¡intolerantes! ¡oscurantistas! etc.) e inmediatamente
aparece ante los ojos, como en las imágenes de la Gestalt, toda la
figura del escuadrista bruto, contra el que por definición no se puede
argumentar sino sólo armarse.
Y la capacidad reflexiva se desploma a niveles de gibón.
En
cuanto alguien de derechas ve asomar algún rasgo que recuerda más o
menos lateralmente a los esquemas "anticomunistas" con sus reacciones
viscerales concomitantes (¡pauperistas! ¡comedores de mojigatos!
¡materialistas de pacotilla! ¡expropiadores! etc.) inmediatamente
aparece en el horizonte la figura de la Guardia Roja en el Gulag, los
labios se arquean de asco y se desea una dosis de rodenticida.
Y la capacidad reflexiva de uno se reduce a la de un pit bull.
Parece
increíble, pero estos reflejos condicionados siguen funcionando y hacen
un daño aterrador, permitiendo la supervivencia de una "izquierda"
unificada sólo por el antifascismo más vil y una derecha unida sólo por
el anticomunismo más patético.
Y esto se aplica
no sólo a la izquierda o a la derecha estándar y dominante, sino
también a quienes se consideran conciencias críticas.
No
se oye a gente respetable que, ante los exabruptos de Meloni, salte
temiendo el "peligro fascista", porque entre un planteamiento de
soberanía y uno de cultura nacional nuestra señora de Garbatella
intercala unos cuantos clichés decisionistas.
No
se oye a gente seria saltar en un momento dado temiendo el "peligro
comunista" que encarnaría Klaus Schwab (sobre la base de "no tendréis
nada y seréis felices").
Estos son, en efecto,
signos de infantilismo, de regresión anal, de incapacidad para quitarse
de la boca el chupetón reconfortante del siglo XX.
Una
regla segura hoy en día para determinar que alguien no sabe de lo que
habla o escribe es verle jugar la carta anticomunista o antifascista.
Son signos de arteriosclerosis política que bloquean por completo cualquier conciencia del mundo real que tenemos ante nosotros.
Commentaires
Enregistrer un commentaire