EEUU, Rusia y China: el futuro de Ucrania está en el "triángulo de los equilibrios

 


Federico Giuliani

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China ha propuesto su solución política a la crisis ucraniana, enumerando 12 puntos clave. No se trata de un verdadero plan de paz, como lo han calificado algunos comentaristas, sino más bien de un documento de posición para fijar, de una vez por todas, la postura de Pekín sobre la guerra en Ucrania.

Entre las propuestas chinas figuran el respeto de la soberanía, la independencia y la integridad territorial de todos los países, un alto el fuego y la reanudación de las negociaciones. Pero también el fin de las sanciones contra Rusia, la superación de la mentalidad de la Guerra Fría, es decir, del enfrentamiento entre bloques ideológicos opuestos. No encontramos, sin embargo, ninguna condena explícita de la llamada operación militar especial lanzada por el Kremlin, como esperaban varios gobiernos occidentales, ni una hoja de ruta para hacer realidad la paz.

Y pensar que Volodymyr Zelensky había acogido inicialmente con cautela el documento chino. "Tengo previsto reunirme con Xi Jinping. Sería importante para la seguridad mundial. China respeta la integridad territorial y debe hacer todo lo posible para que Rusia abandone el territorio de Ucrania", declaró Zelensky en una conferencia de prensa en Kiev.

Parecía que la intercesión china podría agitar las cosas con vistas a una posible reanudación de las conversaciones de paz. Pero algo cambió en pocas horas. El entusiasmo se evaporó en cuanto Mykhailo Podolyak, asesor principal de Volodymyr Zelenskiy, rechazó la propuesta "poco realista" de China para poner fin al conflicto.

Según Podolyak, Pekín no debería "apostar por un agresor que ha violado el derecho internacional y que perderá la guerra". El documento chino también fue recibido con frialdad, a pesar de que los gobiernos occidentales llevaban meses pidiendo a Xi Jinping que aumentara la presión sobre Rusia para que cesara las hostilidades.

La diplomacia china

¿Por qué China no publicó un plan de paz, limitándose a redactar un documento de posición? Para entenderlo, es esencial explicar cómo funciona la diplomacia china, que es bastante diferente de la adoptada por Europa y Estados Unidos.

Mientras tanto, para China, la diplomacia no es negociación. Los funcionarios chinos señalan que, en términos relativos, las negociaciones entre los gobiernos occidentales siempre llegan a principios básicos a través de la negociación. Pues bien, para Pekín, ocurre exactamente lo contrario: primero hay que acordar unos principios básicos y luego negociar.

Dicho de otro modo, desde el punto de vista chino, toda negociación tiene lugar sobre la base de unos principios previamente acordados. Por eso China ha redactado un documento de este tipo, en el que los 12 puntos clave pueden leerse como principios sobre los que iniciar las conversaciones de paz. De hecho, según la diplomacia china, no tendría sentido elaborar una hoja de ruta sin antes compartir las reglas del juego, es decir, los principios básicos antes mencionados relativos a la cuestión a resolver.

Como señaló Henry Kissinger, mientras que los países occidentales suelen hacer algunas concesiones en las negociaciones, China pone sus principios sobre la mesa hasta que la otra parte acepta la línea. En el sentido del "modo de negociación con características chinas", sin la aceptación de los principios compartidos no puede haber negociación.

Volviendo a la crisis ucraniana, cabe suponer que Pekín será (eventualmente) más preciso cuando y si las partes implicadas deciden dialogar sobre las bases sentadas por la diplomacia china.

En busca de un equilibrio

Una vez levantada esta reserva, cabe preguntarse qué pretende conseguir China. Pekín razona en términos de relaciones beneficiosas para todos, persigue un equilibrio (verdadero o supuesto) con cualquier interlocutor y en cualquier ámbito. En otras palabras, Xi Jinping no quiere ir demasiado lejos en el apoyo a las causas de Rusia ni hacer lo contrario con Europa y Estados Unidos.

Podemos pensar en un triángulo con Estados Unidos, Europa y Rusia en la cúspide y China en el centro. Todas las relaciones diplomáticas chinas con cada uno de los actores deben estar equilibradas, del mismo modo que lo ideal sería que las demás relaciones los actores implicados en el diseño geométrico también lo estuvieran.

Por el momento, el Dragón prefiere centrarse en una amistad ilimitada con Rusia (atención: una asociación, no una alianza) porque Moscú es la parte más desequilibrada en la relación con EEUU y Europa. Cuando el Kremlin rompa la inercia y pase a una posición de "ventaja", Xi dedicará más esfuerzos a contrarrestar la acción rusa.

El futuro de Ucrania depende de este complejo juego de espejos y equilibrios. Queda una reserva fundamental: ¿estamos seguros de que la arquitectura diplomática prevista por China también gusta a los demás protagonistas del asunto?