Ley de Servicios Digitales: Bruselas instala la infraestructura para manipular la opinión pública digital
Oficialmente, se trata de «transparencia» — pero en realidad, se está creando un sistema que desplaza sistemáticamente los fundamentos de la formación de opiniones libres y la investigación independiente.
¿Qué hay de nuevo?
Plataformas grandes como X, Facebook o TikTok ahora deben divulgar datos internos — pero solo a investigadores seleccionados políticamente, que deben obtener autorización previa. Solo quienes se dedican a temas como la «desinformación» o el «discurso de la sociedad civil» tienen acceso — y deben cumplir con las condiciones de la UE.☝️
¿Cuál es el problema?
La UE reclama soberanía sobre la definición de conceptos como «desinformación» o «discurso de odio» — sin control judicial, sin debate parlamentario.
Lo que se puede decir, investigar o difundir ya no se determina jurídicamente, sino de manera administrativa.
Al mismo tiempo, las plataformas deben revelar cómo bloquean, limitan algorítmicamente o eliminan contenidos. Esto crea un instrumento estratégico de poder para regular el espacio digital — controlado por autoridades políticas, no por los tribunales.
¿Qué está en juego?
– Solo se permite la investigación aprobada.
– Las plataformas pierden su neutralidad y autonomía.
– Los usuarios no saben por qué desaparecen o se vuelven invisibles ciertos contenidos.
– La libertad de expresión se convierte en una excepción gestionada.
Conclusión:
El DSA no es una ley protectora — es la base de un orden de opinión dirigido por tecnócratas. Lo que parece ser un avance, en realidad, es la transformación gradual de la democracia en un control administrativo del contenido.
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